Miles de mexicanos recordaron este domingo la masacre que cometió el Estado el 2 de octubre de 1968 contra cientos de estudiantes con una protesta en la que denunciaron la impunidad persistente y la creciente política de militarización del actual Gobierno.
Cerca de 4.000 personas, según cifras oficiales del Gobierno de Ciudad de México, marcharon desde la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde ocurrió la matanza, hasta el Zócalo frente al Palacio Nacional, en el que reside el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
«Justicia ya. No a la militarización, no a la impunidad», rezaba la manta principal del Comité del 68, conformado por el grupo de sobrevivientes que encabezó la manifestación, en la que participaron organizaciones sociales, estudiantiles, campesinas y obreras.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital desplegó a cientos de policías, quienes confrontaron a manifestantes en algunos puntos del recorrido ante la presencia de encapuchados que realizaron pintas en muros y arrojaron piedras a negocios del centro histórico.
El secretario de Gobierno de Ciudad de México, Martí Batres, reportó 40 personas embozadas con mochilas cargadas y el decomiso de un bolso con bombas molotov, pero afirmó que la marcha llegó al Zócalo «sin contratiempo».