La ouija es un juego de mesa que se inventó a finales del siglo XIX por Elijah Bond, un masón nacido en Maryland. Si bien es popularmente conocida por su supuesta conexión con los espíritus, la ciencia desmiente este hecho.
La ouija, hoy marca registrada de Hasbro, consta de un tablero de madera o de plástico que lleva impreso el abecedario, las palabras “sí”, “no” y “adiós”, además de tener los números del 1 al 9 e incluir una gota o aguja que es la que nos indicará dónde parase.
Quienes la han jugado aseguran que es todo un rito, para poder dejar el juego te debe de dar permiso el espíritu con quien estés comunicándote, creando un ambiente de tensión y de misterio. También aseguran que después de haberla jugado, sienten la presencia de algo en su casa o en sitio donde la hayan jugado, esto aunado a la predisposición de muchos de los jugadores. Por esto mismo los psicólogos no recomiendan jugar la ouija, ya que puede generar estrés postraumático, delirios de persecución o paranoia.
La pregunta del millón es, ¿por qué se mueve la aguja? Esa es una muy buena pregunta, pregunta que tanto la Iglesia y la ciencia han respondido. Según la Iglesia, la aguja se mueve porque quienes estén jugando la ouija crearon un canal de comunicación con algo del más allá, lo cual despierta un enlace que puede ser muy peligroso, ya que puede apoderarse de algunos participantes.
La ciencia desmiente esto, la ciencia le atribuye el movimiento de la aguja a un efecto ideomotor, es decir, a un movimiento inconsciente del cuerpo humano, que puede estar motivado por nuestra sugestión, es decir, nosotros solos movemos la aguja acorde nuestro miedo. Esto, como muchas otras cuestiones, fue comprobado; haciendo una prueba la cual consistía en poner a jugar a varias personas perooo, con los ojos tapados. Esto dio como resultado que las palabras que estaban formando no tuvieran sentido o estuvieran mal escritas.
Estamos seguros de que, aunque se compruebe que no se relaciona con entes del más allá, la ouija seguirá generando gran intriga y misterio, de lo que no estamos seguros es de si puedes proponer jugarla en la cena familiar.