En estos tiempos donde nuestro hogar se ve inundado por el aroma a flor de cempasúchil y pan de muerto, nos convencemos de la riqueza cultural con la que cuenta nuestro país. Esto se vuelve aún más interesante cuando algunas de las tradiciones más significativas (como lo es el día de muertos), se vean compartidas con otros países que, al igual que nosotros, gozan de una cultura gigantesca.

 

Tal es el caso de Ecuador, que al igual que nosotros, festeja con mucho sentimentalismo esta fecha; allá también se estila la preparación de bebidas y comidas que gustaba el difunto.

 

Tal parece que el interés por enlazarse con los difuntos se esparce por todo el mundo, ya que no solo en los países de este continente lo festejan. En agosto, Japón se viste de recuerdos, ya que en ese mes se festeja el “Obon”, celebración de origen budista y de unos 500 años de antigüedad, en la cual, los japoneses regresan a su lugar de origen para reunirse con sus seres queridos y honrar a sus ancestros.

 

En Tailandia ocurre algo parecido, durante tres días del mes de mayo, se festeja el “Boom Para Wate”, donde se conmemora la espiritualidad de los que ya no están con nosotros. En esta festividad se acostumbra que los jóvenes se disfrazan de espíritus y salen a asustar a las demás personas del pueblo. Mientras esto sucede, los monjes se disponen a recitar el último mensaje de Buda.

 

En esta gran diversidad cultural que existe en el mundo, se puede distinguir la compatibilidad de algunas tradiciones en distintos sitios del mismo. Esto nos deja claro que el enlace con los del más allá es una necesidad global, que en muchos de los países se destinan ciertos días para la comunicación con nuestros difuntos.

 

También debemos enfocarnos en la permanencia de estas tradiciones, esforzarnos para que aquellos ritos que nos definen como sociedad no desaparezcan por no llevar una práctica eficiente de ellas. Estas tradiciones visten a nuestra ciudad año tras año, enriqueciendo la cultura de nuestra sociedad y, dejando un impacto económico importante para el comercio local.