En el estado de Tijuana la celebración de Halloween adquiere mayor arraigo entre la población por estar en la frontera con Estados Unidos a pesar de la tradición mexicana del Día de Muertos.

Cientos de personas salen estos días a la histórica avenida Revolución, la más emblemática la ciudad, con sus característicos atuendos y disfraces, que en su mayoría aluden a películas de terror estadounidenses.

Familias, jóvenes y niños que se reúnen durante la noche y el día expresan que el arraigo deviene principalmente de que es una tradición inculcada desde la infancia.

Sandra, originaria de Tijuana, desde niña realiza esta celebración de Halloween e, incluso, considera que en la ciudad se celebra más que el Día de Muertos, que se conmemora el 1 y 2 de noviembre.

 “Tal vez por la cercanía con Estados Unidos y no hay tanta gente del sur (de México) que traiga la tradición de los altares”, sugiere.

Lorena Silva comenta que, aunque no es originaria de Tijuana, desde pequeña migró con su familia a la ciudad y desde hace 25 años lleva año tras año realizando esta celebración.

“Me encanta, es una tradición estadounidense, pero la aplicamos aquí los tijuanenses. ¿Por qué no? Además es un día de diversión”, resalta.

Sobre la tradición del Día de Muertos, opina que es “algo mixto” y que “ninguna cosa le quita lo suyo a la otra, pues se pueden festejar las dos y no pasa nada”.

INFLUENCIA TRANSFRONTERIZA

Autoridades de seguridad pública que asisten para resguardar la tranquilidad de las personas comentan a EFE que, sin duda alguna, ellos perciben una clara influencia transfronteriza por el intercambio cultural que se genera en esta región.

Destacan que en años pasados era muy común ver incluso personas de Estados Unidos que visitaban la ciudad para disfrutar de esta celebración, debido a que las características de cómo se realiza el festejo en la ciudad “son muy similares a como se hace en el país vecino”.

Claudia, también originaria de Tijuana, remarca que desde que eran niños realizan esta celebración. Incluso, es algo para lo que desde días previos se preparan para decidir a detalle sobre los disfraces que van a utilizar: “De toda la vida, desde que éramos niños», narra.

«Definitivamente Halloween es más para mí (que Día de Muertos), pues adornamos la casa, damos dulces, vestimos a nuestros hijos, en fin de semana salimos a divertirnos a fiestas y luego venimos a desfilar”, asevera.

La tradición es tan grande para ella, dice, que cada año se preocupa por no repetir su disfraz.

En comparación con las personas que viven en el centro y sur de México, “cuando vives en frontera tienes muchas de esas características que se comparten y eso se va heredando», argumenta.