El Gobierno mexicano ha dado la espalda este año a las miles de personas infectadas con la viruela símica desde que la enfermedad llegó al país hace cerca de siete meses, negando la compra de vacunas y con carencias en la atención sanitaria mientras otros países de la región avanzan.

La capital mexicana registró el primer caso del país el pasado 28 de mayo, un hombre de 50 años que presentó síntomas leves y solo fue aislado.

Ahora, 3.455 infectados y 11 muertos después, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, el Gobierno no ha propuesto más que recomendaciones y medidas de prevención.

«Han propuesto la contención a través de las personas que son más susceptibles, los hombres que tienen sexo con otros hombres: que no tengan más de una pareja estable o prácticas de riesgo», dijo Eduardo González, presidente de la Red de Profesionales de la Salud VIH Positivo.

La viruela símica, también conocida como «Monekypox» o «mpox», es una infección vírica cuyo principal síntoma es la erupción cutánea en la cara, extremidades y regiones genitales y se transmite mayormente, pero no exclusivamente, entre hombres que tienen sexo con otros hombres.

Las recomendaciones no detuvieron la transmisión, por lo que los colectivos reclaman un protocolo sanitario libre de estigmas y métodos de detección que permitan cortar las cadenas de transmisión.

«La problemática más importante es la falta de mecanismos que permitan a los usuarios llegar con confianza a un servicio de salud, tener un diagnóstico oportuno y un seguimiento adecuado», expuso González.

LAS CONTRADICCIONES DEL GOBIERNO

La negación del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, denunciaron los activistas, es más profunda: mientras gran parte de la comunidad internacional reparte vacunas a sus ciudadanos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su uso, México rechazó su compra al alegar dudas sobre su eficacia.

Gobiernos cercanos al presidente mexicano, como el de Chile o Perú, e incluso el de Brasil de su antagonista Jair Bolsonaro, sí solicitaron viales a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

«Hay un tema económico y político que va más allá. Son el presidente y el subsecretario de Salud (Hugo López-Gatell) quienes deciden, y no se permiten otras ideas a pesar de que tengamos evidencias científicas de que pueden contribuir a la salud pública», incidió González.

López-Gatell, doctor en epidemiología, recomendó en un artículo académico publicado el pasado noviembre en la prestigiosa revista médica The Lancet el uso de la vacuna contra la viruela símica, la misma que se niega a los pacientes mexicanos.

«Se nos hace una burla. Sale en la mañanera (la rueda de prensa matutina del Gobierno) o en foros internacionales y dice que no tiene una evidencia clara de que la vacuna esté funcionando, pero publica en una revista de impacto mundial que sí es importante. ¿Qué intereses hay para que no se compre la vacuna?», cuestionó.

En la misma línea, el director general de la asociación VIHve Libre, Alaín Pinzón, consideró que las decisiones de las administraciones sanitarias forman parte de «políticas homofóbicas».

Además, expusieron, las sospechas del Gobierno sobre la efectividad de la vacuna de la viruela símica contrastan con la confianza en las vacunas cubanas que avalaron contra el coronavirus, que no cuentan con el visto bueno de la OMS.

DEFICIENCIAS EN LA ATENCIÓN MÉDICA Y LOS DATOS OFICIALES

González, médico del sistema público mexicano, alertó sobre la falta de pruebas rápidas de detección y laboratorios en los que analizar las pruebas tomadas a los pacientes sospechosos.

«Hay muchas áreas del país que no tienen acceso a este tipo de pruebas. De nada sirve que la Ciudad de México tenga cobertura si hay partes de Oaxaca, Puebla o Guerrero que no», dijo.

Al respecto, Pinzón agregó que la tendencia descendente de las cifras de contagios se puede deber a una falta de testeo y no corresponderse con la realidad.

SIN EXPECTATIVAS PARA 2023

Además, el director de VIHve Libre comentó que López-Gatell se reunió con varias de las asociaciones que lideraron las protestas contra las políticas sanitarias durante los últimos meses para informarles de que México no adquirirá la vacuna.

«Si México llega a tener la vacuna será por la donación de un organismo internacional u otro país. Las autoridades de salud han apostado a que los colectivos nos hartemos, porque ellos no van a traer una vacuna que está disponible», sentenció.