México requiere una inversión de alrededor de 80 mil millones de pesos anuales sostenidos para poder solucionar la problemática de la disponibilidad de agua en el país. Dicho monto se destinaría a la construir nueva infraestructura hídrica y a mantener y reponer la existente; mejorar la eficiencia de los sistemas de agua potable y saneamiento; reducir el volumen de agua destinado al riego e impulsar proyectos de sectorización, programas de reparación de fugas y adopción de tecnología, de acuerdo con Fernando J. González Villarreal, Coordinador Técnico de la Red Agua UNAM y Director del Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los auspicios de la UNESCO, y Eduardo Vázquez Herrera, Director Ejecutivo de Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México.

De cara al 2023, los pronósticos indican que la situación de sequía y escasez de agua en México sigue siendo una emergencia que no puede aplazarse, sobre todo después de la crisis que se vivió en el norte del país el año pasado.

Según datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en México, 76% del agua concesionada se destina a usos agrícolas –agrícola, pecuario y acuacultura–; 15% al uso público urbano-doméstico y otros usos conectados a las redes de agua potable; 5% al uso no doméstico autoabastecido –industria, comercio y servicios–; y 4% a la generación de electricidad, excluida la hidroelectricidad.

La baja eficiencia en el uso del agua en el sector agrícola y la pérdida del 40% del volumen de agua que ingresa en la mayoría de los sistemas de agua potable, así como la insuficiente inversión en infraestructura hídrica, misma que ha decrecido paulatinamente, y la falta de un proyecto continuo de mantenimiento y sustitución de las redes de distribución y de protección de las fuentes de agua, son las principales causas para que el desabasto de recursos hídricos en México continúe.

La Red Agua UNAM, el Centro Regional de Seguridad Hídrica, bajo los auspicios de la UNESCO, y Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México aseguran que estas acciones permitirán contar con mayor racionalidad en las inversiones para la expansión de dichos sistemas y generar opciones viables que respondan a las necesidades sociales y económicas del país.

Garantizar el acceso al agua segura para todos los mexicanos es un derecho fundamental, por ello, es urgente convertir a la seguridad hídrica en una prioridad nacional vienen beneficio del país y de las familias mexicanas.