Con la llegada del régimen talibán a Afganistán, las restricciones a las mujeres violentan directamente sus derechos humanos, que, si bien no son recientes estas desigualdades, las condiciones actuales empeoran aún más su calidad de vida, creando una afectación a futuro al desarrollo general del país.

Las promesas que se plantearon con la llegada de los talibanes no se han efectuado, las mujeres no tienen derecho a la educación más allá de sexto grado, deben salir a la calle cubiertas de pies a cabeza y no pueden viajar si no están acompañadas por un hombre.

De acuerdo con un reportaje en manos de Clarissa Ward, corresponsal internacional de CNN, las pocas condiciones educativas para las niñas afganas no son eficientes, la escuela que se investigó imparte únicamente cursos sobre el Corán, libro sagrado del islam, no sobre los temas que se imparten con normalidad en escuelas a las que asisten los niños. El panorama educativo no está orientado a la formación de una comunidad femenina preparada profesionalmente, lo cual, no solamente afecta a la calidad de vida presente de dichas mujeres, sino que también deriva en un futuro sin la suficiente cantidad de profesionistas; con más del 50% de la población sin estudios universitarios.

Indispuestas a abandonar sus estudios, algunas mujeres asisten a escuelas no oficiales, formadas por ellas mismas, donde se imparten lecciones que solamente se pueden impartir en escuelas para masculinos. Además, desde noviembre del año pasado, las mujeres fueron vetadas de parques, gimnasios y baños públicos, empeorando la calidad de vida de las miles de mujeres que enfrentan esta y otras condiciones.

En Kabul, capital de Afganistán, un colectivo conformado por 20 mujeres alzó la voz hacia estas injusticias, asegurando que no se valen sus derechos humanos.

El desalentador panorama no solamente se ve para el futuro, hoy en día también se viven grandes problemas económicos y sociales, los cuales, entre muchas otras circunstancias, derivan en que la mayor parte de la población sufra desnutrición, orillándolos a alimentarse de la caridad de algunos comerciantes y extranjeros.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), exhorta a la revocación inmediata de dichas leyes impuestas hacia la mujer, los talibanes, por su parte, aseguran que toda su población tiene derecho a la educación, solo que, la estrategia llevada a cabo limita “temporalmente” de este derecho a las mujeres.

Afganistán reprime brutalmente a la mujer, su participación con la sociedad y su aportación hacia un país que tenga esperanzas de mejorar igualitariamente; Afganistán es un país donde la vida femenina no puede expresarse más allá de su hijab.