Andrés Manuel López Obrador, argumentó este viernes que el Ejército realiza labores de «inteligencia» no de «espionaje» tras una investigación de organizaciones civiles que documentaron que las Fuerzas Armadas usan el software de Pegasus para monitorear a activistas.
“Que quede claro: nosotros no espiamos a nadie, no es el tiempo de los gobiernos neoliberales. Nosotros hicimos aquí el compromiso de que no íbamos a espiar a ningún opositor”, afirmó el mandatario en su rueda de prensa diaria.
Sus declaraciones se producen después de la investigación «Ejército Espía», que denunció esta semana una estructura secreta de espionaje ilegal con el software Pegasus para interferir en las investigaciones de abusos de activistas que denuncian violaciones a los derechos humanos de las Fuerzas Armadas.
La investigación, realizada por la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), Artículo 19 y Social Tic, demostró que, de acuerdo con documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dicha estructura militar espió con Pegasus al activista Raymundo Ramos en el norteño estado de Tamaulipas.
Pero, al citar que Ramos está acusado de presuntos vínculos con grupos de la delincuencia en Tamaulipas, López Obrador justificó que el Ejército necesita hacer investigación.
“Se tiene que hacer investigación, que no espionaje. Es distinto. Y el instituto de inteligencia del Gobierno hace investigación», indicó.
Además, insistió en que su Gobierno no comete «ninguna ilegalidad».
«Nosotros sostenemos que es muy importante hacer la investigación, inteligencia, para no usar la fuerza, es mejor la inteligencia que la fuerza. Entonces sí estoy enterado del reportaje que hicieron, pero no hay ninguna ilegalidad”, remarcó.
En octubre del año pasado, el grupo Guacamaya Leaks publicó documentos que hackeó de la Sedena, en los que se revelaba que el Ejército había espiado, ya con el presidente López Obrador en el poder, a periodistas y activistas.
Antes de ello, una investigación de medios internacionales destapó en 2021 que varios países intervinieron 50.000 teléfonos con el programa Pegasus, de los que 15.000 casos fueron en México durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la cifra más alta del mundo.
La investigación reveló que fueron intervenidas las comunicaciones de activistas y periodistas; del entonces líder opositor y actual presidente, López Obrador, además de algunos de sus colaboradores y su cardiólogo, así como familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa.