El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, afirmó este domingo que la sequía y la escasez de agua en los ríos Tigris y Éufrates afecta ya a más de siete millones de iraquíes y culpó a los países vecinos de tener el «monopolio del control del agua».
«Más de siete millones ciudadanos se ven afectados por la sequía que azota sus regiones (…) centenares de miles de ellos se han desplazado debido a que su vida depende de la agricultura y la pesca», dijo Al Sudani en una conferencia sobre el clima en Irak, inaugurada hoy en la provincia de Basora (sur).
Si bien destacó varios motivos de esa situación, como las altas temperaturas y la escasez de lluvias, Al Sudani denunció «el monopolio del control del agua de los países de la cuenca», en clara alusión a Turquía e Irán.
En Irak, cuya población es de unos 42 millones, la sequía lleva más de tres años, entre acusaciones de Bagdad a los países de la cuenca de sus dos principales ríos, principalmente Turquía (donde nacen tanto el Éufrates como el Tigris) e Irán (de donde proviene el Karun, un importante afluente del Tigris), de no cumplir los acuerdos en cuanto a las cuotas de agua.
El primer ministro de Irak, uno de los principales productores de petróleo, afirmó también que su Gobierno tiene entre sus prioridades varios planes para reducir las emisiones y rebajar el nivel de contaminación en las ciudades iraquíes, incluidas Bagdad y Basora.
Entre otros, destacó proyectos para la instalación de centros para energía renovable, que espera que «cubran un tercio de las necesidades de electricidad de Irak para 2030», y otros para aprovechar el gas con el fin de «dejar de quemarlo para reducir en gran medida las emisiones de carbono».
Asimismo, anunció el lanzamiento de una iniciativa para plantar cinco millones de árboles y palmeras en todas las provincias de Irak, y prometió convocar «próximamente» una conferencia multinacional en Irak sobre el clima.
El jefe del Gobierno iraquí aprovechó desde la conferencia, que dura dos días y con participación internacional, para llamar a los «países amigos y a Naciones Unidas para que apoyen a Irak a hacer frente a los efectos del cambio climático».
A principios de este mes, el secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó desde Bagdad que el Tigris y el Éufrates se estuvieran secando, puesto que sus flujos de agua han disminuido «drásticamente» debido a la construcción de presas principalmente en Turquía, la mala gestión del agua y la crisis climática.