Las regiones limítrofes de Asturias y Cantabria (norte de España) sufren estos días numerosos incendios forestales, buena parte de ellos intencionados y favorecidos por una sequía prolongada y temperaturas más altas de lo normal.
Son «acciones organizadas» con «el objetivo claro de hacer daño, no a montes desatendidos, sino en los mejor gestionados», los de explotación forestal, denunció este domingo el presidente regional de Asturias, Adrián Barbón, que llamó «terroristas» a quienes queman el monte.
Una treintena de fuegos están activos o en revisión en Asturias; el que más preocupa y concentra mayor esfuerzo de extinción, incluidos medios del Ejército, es uno próximo a la ciudad de Oviedo, la capital de la región.
En Cantabria, los bomberos luchan contra siete incendios, tres de ellos provocados.
Más de 400 personas apoyadas por medios aéreos y terrestres trabajan en esa otra región, que ha registrado unos 49 incendios este mes de abril.
Después de un 2022 catastrófico, la temporada de incendios forestales se adelantó este año varios meses y ya quemaron más de 11.00 hectáreas en Asturias, así como 4.700 entre las provincias de Castellón y Teruel (este).