La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el pasado viernes 5 de mayo de 2023 que la emergencia sanitaria por el Covid-19 ha terminado, por recomendación del Comité de Emergencia. Esto después de más de tres años desde la aparición del primer caso de coronavirus en el mundo, el 31 de diciembre de 2019, en Wuhan, China.

Sin embargo, la organización advirtió que «esto no significa que el Covid-19 haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial», puesto que sigue siendo una prioridad de salud pública en el mundo. La declaración de que la enfermedad por coronavirus ya no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional implica que es momento para los países de optar ahora por el control de la Covid-19 con otras enfermedades infecciosas.

El coronavirus no ha terminado y el riesgo de contraer la enfermedad persigue, por lo que es importante que la población sepa que no es momento de bajar la guardia. Ahora el Covid-19 es un problema de salud establecido y persistente, como lo fue la influenza, y ya no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional, pero sí una enfermedad peligrosa. Según la OMS, la tasa de muerte por el virus se ha reducido de un número máximo de 100.000 personas a la semana en enero de 2021 a poco más de 3.500 el 24 de abril pasado, por lo que miles de personas siguen muriendo por el virus cada semana.

Ahora, los países deberán integrar las actividades de vigilancia y respuesta ante este virus en los programas de salud regulares.

La OMS recomendó a los países a seguir con los protocolos establecidos anteriormente, de los cuales destacan la integración de la vacunación contra el Covid-19, así como aumentar su frecuencia y cobertura; integrar la vigilancia de los agentes patógenos respiratorios y seguir apoyando la investigación para mejorar las vacunas y comprender la afección post enfermedad.