El escritor y director de cine experimental Kennet Anger, conocido por sus aportaciones al cine «queer», ha fallecido a los 96 años de edad.
La muerte del cineasta, nacido en 1927 en Santa Mónica (California, EE.UU.), fue confirmada este miércoles en Twitter por la galería de arte contemporáneo que lo representaba, Sprüth Magers, que lamentó «profundamente» la pérdida.
«Kenneth fue un pionero. Su genialidad cinematográfica y su influencia perdurarán y seguirán transformando a todos aquellos que se encuentren con sus películas, sus palabras y su visión», indicó en un comunicado.
Anger es reconocido por haber sido uno de los primeros cineastas abiertamente homosexuales de Estados Unidos y por mostrar en su cine de forma recurrente temas tabú.
Entre los títulos más destacados de su trabajo se encuentra «Fireworks» (1947), un cortometraje experimental homoerótico protagonizado por él mismo que fue grabado en casa de sus padres.
Tanto en dicho filme como en «Inauguration of the Pleasure Dome» (1954), Anger indagó visualmente en el orgasmo masculino a través de metáforas, lo que le valió que sus proyectos en ocasiones fueran considerados obscenos.
Otra de sus cintas notables fue «Scorpio Rising», rodada en 1963, en la que plasmó a un grupo de motociclistas homosexuales nazi que se preparaban para salir de fiesta.
El cortometraje se convirtió en una fuerte influencia para directores como Gaspar Noé («Enter the Void», 2009) o Nicolas Winding Refn («Copenhagen Cowboy», 2022).
En 1959, Anger publicó el libro «Hollywood Babylon», donde detallaba supuestos escándalos de estrellas de Hollywood tan relevantes como Marilyn Monroe, Charlie Chaplin y Judy Garland.
Poco tiempo después, el libro fue desacreditado y prohibido en Estados Unidos, pero en 1984 el autor sacó a la venta una segunda parte de este.
Anger mostró su interés por el cine a temprana edad al grabar su primera película con tan solo 10 años y su filmografía la componen más de 30 cortometrajes.
También fue pionero en el campo del cine y el videoarte de vanguardia y su estética mística y erótica tuvo un fuerte impacto en la iconografía «queer» y las subculturas de las décadas de 1960 y 1970.