El papa Francisco viajará el próximo 31 de agosto a Mongolia, un país donde solo el 2 % de la población es cristiana, en su mayoría católica, ya que la libertad religiosa se instauró en 1991 tras la caída del régimen comunista.

«Aceptando la invitación del presidente de Mongolia y de las autoridades eclesiásticas del país, el Papa Francisco realizará un viaje apostólico a Mongolia, del 31 de agosto al 4 de septiembre de este año», anunció el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, en un comunicado.

La Santa Sede compartirá más detalles en «las próximas semanas» de una visita histórica ya que ningún pontífice había visitado antes este estado asiático, situado entre Rusia y China, en el que la religión católica es minoritaria.

Tan solo hay unos 1.500 católicos bautizados entre los 3,2 millones de habitantes de Mongolia, uno de los países con menor densidad de población del mundo, con apenas 2 habitantes por kilómetro cuadrado, y una geografía llena de accidentes y contrastes climáticos.

La Iglesia Católica es tan joven en Mongolia que su primer cardenal, el misionero Giorgio Marengo, fue nombrado el año pasado por Francisco.

Precisamente este mismo sábado, el pontífice pidió «promover la responsabilidad misionera de los bautizados» tanto en «los países de primera evangelización como en los de antigua tradición cristiana», reconociendo que estos últimos están marcados por «una grave crisis de fe», durante un encuentro con los directores de las Obras Misionales Pontificias.

El papa ya había indicado su intención de acudir a Mongolia anteriormente, un viaje que finalmente se efectuará semanas después de que visite Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), del 2 al 6 de agosto, con una agenda que incluye una parada en el santuario mariano de Fátima, donde ya estuvo en mayo de 2017.

Por el momento tampoco se han dado más detalles de ese viaje a Portugal, que será el tercero de este año para Francisco, después del de Hungría y el que llevó a República Democrática del Congo y Sudán del Sur.

Además, el pontífice afirmó hace unas semanas que quiere viajar a su país natal, Argentina, el año próximo, en una esperada visita que coincidiría con el décimo aniversario de su pontificado.

«Mi idea es viajar el año que viene. Veremos si es posible», dijo escuetamente al ser preguntado por el presentador de un acto organizado por Scholas Occurrentes en colaboración con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), con el fin de que los regidores de diferentes ciudades promuevan el desarrollo sostenible.

Algunos medios argentinos aseguraron que el Vaticano estaba preparando el viaje del pontífice a su país para los primeros meses del año, previsiblemente en abril próximo, y que además de Argentina iba a visitar Uruguay y el sur de Brasil, aunque no hay ninguna confirmación firme por parte de la Santa Sede.