Ucrania retomó hoy la iniciativa en el frente, donde Rusia y medios occidentales informan sobre el comienzo de su contraofensiva, y también en la zona del desastre provocado por la destrucción de la presa de Kajovka, visitada por su presidente, Volodímir Zelenski.

«La evacuación continúa. ¡Bajo el fuego! La artillería rusa continúa disparando, sin que importe nada. ¡Salvajes»», dijo Zelenski, que volvió a calificar de «acto terrorista» ruso la destrucción de la central hidroeléctrica en el río Dniéper, que ha causado graves inundaciones.

Rusia, cuyo territorio bajo su control resultó más afectado por las inundaciones, respondió ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya al acusar a Kiev de volar la presa con «ataques de artillería».

Mientras, la guerra sigue su curso. Moscú aseguró por segunda vez esta semana haber repelido dos ofensivas enemigas en varios sectores del frente.

ZELENSKI, EN EL EPICENTRO DEL DESASTRE

Sin previo aviso, Zelenski se personó este jueves en la región sureña de Jersón para coordinar las operaciones de rescate y emergencia tras la inundación de una superficie de 600 kilómetros cuadrados, el área urbana de capitales como Santiago de Chile o Teherán.

«Nuestra tarea es salvar vidas y ayuda al mayor número de gente posible. Es importante calcular el daño y destinar fondos para compensar a los vecinos afectados por el desastre», subrayó.

Zelenski admitió que la situación en la parte de Jersón ocupada es «absolutamente catastrófica» y acusó a Moscú de abandonar a la gente a su suerte sin agua, comida y atención médica en los tejados de las localidades inundadas.

«Y esto es otro crimen deliberado de Rusia: después de que el Estado terrorista haya causado el desastre, también maximiza los daños», denunció.

También resultó afectada la región vecina de Mikoláyiv, adonde seguidamente se desplazó Zelenski, quien denunció la inundación de la principal estación de bombeo del canal del río Inhulets y de 3.000 hectáreas de bosques.