Bonnie Aarons, la actriz que dio vida a la monja en las cintas de la franquicia del Conjuro, está demandando a Warner Bros por incumplimiento de contrato y deshonestidad, relacionado con los pagos por regalías en venta de mercancía que derivó de las cintas del estudio.
Con pequeños pero memorables papeles la cineasta Bonnie Aarons se hizo un hueco en la industria cinematográfica, ganando gran popularidad con la cinta de El conjuro 2 (cinta del 2016), donde dio vida al demonio Valak, una criatura que tomaba la forma de una monja y que se volvió la imagen principal de la cinta y la mercancía de la misma.
De acuerdo con Aarons y sus representantes legales, la compañía le ha ocultado por muchos años, las verdaderas cifras hechas por los proyectos que utilizan su imagen, sobre todo cuando se trata de mercancía oficial basada en dichas producciones, tales como juguetes, muñecas, adornos, etc.
Al respecto Warner Bros no se ha pronunciado todavía, sin embargo la experiencia de Bonnie Aarons ha servido como ejemplo de los malos tratos y acuerdos comerciales que llevaron a Hollywood a su actual crisis por la huelga de guionistas y actores.