El huracán Otis, que llegó a Acapulco, Guerrero, el 25 de octubre como tormenta tropical y se intensificó a categoría 5 al tocar tierra, causó grandes daños, dejando víctimas y miles de personas afectadas.
Expertos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Sistema Meteorológico Nacional (SMN), y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) están investigando las razones detrás del rápido aumento de categoría del huracán.
En una videoconferencia, el Dr. Jorge Zavala Hidalgo, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explicó que el aumento de la temperatura en la capa superficial del océano proporcionó más energía al huracán, actuando como «combustible».
«Cuando la temperatura del océano es alta, el huracán tiene más posibilidades de fortalecerse porque la atmósfera puede retener más vapor de agua. Esto se intensifica con la temperatura», señaló el experto.
Zavala Hidalgo explicó que las aguas cálidas tienen más energía latente, lo que fortalece huracanes junto con el oleaje, la turbulencia y la fuerza del viento sobre el mar. Además, destacó que cuando las aguas son más frías, enfrían rápidamente el huracán y debilitan su fuerza.
El experto indicó que la temperatura óptima para la formación e intensificación de un huracán es de 28 grados en la superficie del océano. Aunque no es común en esta temporada, fenómenos como El Niño y el calentamiento global pueden mantener el agua a esa temperatura o incluso más alta.
«La condición de El Niño y el calentamiento global hacen que la temperatura del océano sea mayor a 30 grados Celsius», explicó el académico durante la conferencia. La investigación continúa para comprender completamente las causas del impacto del huracán Otis en Acapulco.