LeBron James frente a Tyrese Haliburton y una de las franquicias más distinguidas de la NBA contra un equipo que no tiene ningún anillo. Esos son los alicientes de la final que tendrá el NBA In-Season Tournament, que este sábado coronará a su primer campeón en Las Vegas (EE.UU.) con un duelo entre Los Angeles Lakers y los Indiana Pacers.

El estadio T-Mobile Arena de la ciudad del juego acogerá mañana desde las 17.30 hora local (1.30 GMT del domingo) la final de este nuevo torneo con el que la NBA ha experimentado por primera vez con el formato de copa.

Hay muchas cosas que diferencian a los Lakers y los Pacers; la más evidente, que los angelinos tienen 17 títulos de la NBA (el equipo que más junto a los Boston Celtics) y que Indiana jamás se ha llevado un anillo.

Los Pacers sí cuentan con tres campeonatos de la ABA, pero ahora tienen ante ellos una oportunidad histórica de conseguir su primer trofeo de la NBA.

Los de Rick Carlisle llegan lanzados y con muchísima confianza a esta final, especialmente por un camino perfecto en este NBA In-Season Tournament con cuatro victorias sin derrotas en la fase de grupos y con dos triunfos de mucho prestigio en las eliminatorias: en cuartos contra los Boston Celtics y en semifinales contra los Milwaukee Bucks.

Haliburton es el comandante de este conjunto y el principal protagonista -con permiso de LeBron- de este nuevo torneo.

El base de 23 años ya se había hecho un hueco entre las figuras de la liga puesto que el pasado curso jugó su primer All-Star.

Pero en el NBA In-Season Tournament ha dado un paso al frente tanto en la cancha, para ser considerado ya en la élite de la liga, como en exposición mediática y repercusión entre los fans.

Méritos no le faltan a Haliburton, que ante Boston y Milwaukee ofreció dos recitales imperiales y solo al alcance de los elegidos.

El joven sentenció primero a los Celtics con 26 puntos (10 de 18 en tiros, 5 de 11 en triples), 10 rebotes y 13 asistencias y posteriormente fulminó a los Bucks con 27 puntos (11 de 19 en tiros), 7 rebotes y 15 asistencias.

A Haliburton no le tiembla la mano en los últimos minutos ya que en ambos partidos firmó el triple clave en el desenlace para asegurar la victoria.

Aun así, el dato más fascinante sobre Haliburton esta semana es que no perdió ni un solo balón en esos dos encuentros, algo especialmente llamativo ya que los Pacers apuestan por un ritmo extenuante, ataques rapidísimos y una ofensiva que no da respiro.

Con 128,4 puntos de media por encuentro, Indiana es el mejor ataque de la liga con el promedio ofensivo más alto de la historia de la NBA.

Además de Haliburton, en estos rebeldes y arrebatadores Pacers también destacan nombres como Myles Turner en la pintura, la veteranía y polivalencia de Bruce Brown, la amenaza exterior de Buddy Hield, la defensa de Aaron Nesmith o la aportación en la segunda unidad de T.J. McConnell y Bennedict Mathurin.

El apetito insaciable de LeBron

Con cuatro anillos en sus manos, en su temporada número 21 en la liga y a tres semanas de cumplir 39 años, uno podría pensar que LeBron ya ha alcanzado todas las metas posibles en la NBA.

Sin embargo, el máximo anotador de la historia de la liga no solo sigue jugando a un nivel asombroso para su edad sino que conserva un apetito insaciable y una ambición infinita por una cosa tan sencilla -pero a la vez complicada- como ganar y seguir ganando.

«King James» es el termómetro de estos Lakers que sufren mucho sin su líder en la cancha pero que pueden ser un equipo tremendamente competitivo con su referente en la pista.

Invictos como los Pacers en este torneo, los de púrpura y oro eliminaron en cuartos a los Phoenix Suns en un partido que se decidió en los últimos segundos y aplastaron en semifinales a los New Orleans Pelicans con una paliza en un encuentro que ya dominaban por 41 puntos en el tercer cuarto.

LeBron, que en varias ocasiones ha dicho que en el futuro le encantaría ser propietario de un equipo de la NBA en Las Vegas, se lució este jueves en la ciudad de los casinos con 30 puntos (9 de 12 en tiros de campo y 4 de 4 en triples), 5 rebotes y 8 asistencias en solo 22 minutos en la pista.

Ningún jugador en la historia de la NBA había logrado hasta ayer 30 o más puntos, 5 o más rebotes y 5 o más asistencias en menos de 23 minutos.

El furioso espíritu competitivo de LeBron parece haber contagiado al resto de los Lakers, que para ganar deberán contar con la mejor versión posible de un Anthony Davis que a ratos parece imparable y a ratos desaparece.

Austin Reaves, desde el banquillo, dirige a un grupo de actores secundarios en el que también destacan D’Angelo Russell, Cam Reddish, Taurean Prince, Jarred Vanderbilt y Rui Hachimura.