El dengue se está extendiendo por el hemisferio occidental a un nivel nunca visto desde que comenzaron los registros hace más de cuatro décadas y los expertos advierten que el aumento de las temperaturas y la rápida urbanización están acelerando el ritmo de los contagios.
En América y el Caribe se han reportado de más de 4 millones de casos en lo que va del año, superando el récord anterior establecido en 2019, con funcionarios desde Bahamas hasta Brasil advirtiendo de clínicas atestadas y nuevos contagios a diario. Además, se registraron más de 2 mil decesos a causa de la enfermedad.
“Este año es en el que más dengue se ha registrado en la historia”, afirmó Thais dos Santos, asesora de vigilancia y control de enfermedades arbovirales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en América. Según dijo, los registros de las dolencias infecciosas comenzaron en 1980.
“Las enfermedades transmitidas por vectores, especialmente estas enfermedades trasmitidas por mosquitos (…) son un buen aviso de lo que está ocurriendo con el cambio climático“, apuntó.
El mal saneamiento y la ausencia de fuertes sistemas de salud ha contribuido al repunte en los casos, pero los expertos indican que las sequías y las inundaciones ligadas al cambio climático están aumentando la transmisión del virus, ya que el agua estancada y las fuertes lluvias atraen a los mosquitos.
La doctora Gabriela Paz-Bailey, jefa de la rama de dengue de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos en Puerto Rico, destacó que las altas temperaturas también amplían el hábitat del mosquito y ayudan a que el virus se desarrolle más rápido dentro del animal, lo que supone una mayor carga viral y una mayor probabilidad de transmisión.
“Estas infecciones son un síntoma de algunas grandes tendencias latentes que están ocurriendo en el mundo”, indicó el doctor Jeremy Farrar, jefe científico de la OMS, en una entrevista. “El cambio climático parece tan difícil de abordar y tantos países se están urbanizando ahora, que puedo ver que el dengue y otras enfermedades (…) son cada vez más frecuentes y complejas de tratar”.
Dos Santos apuntó que las autoridades están viendo muchas cosas nuevas en los repuntes del dengue, como temperaturas récord, estaciones más largas y la propagación de la enfermedad más al norte y al sur de lo habitual. California, por ejemplo, reportó sus dos primeros casos de contagio local este año, mientras que Florida registró 138, un récord para un estado que el año pasado tuvo apenas 65, según Paz-Bailey.
El verano de este año en el hemisferio norte fue el más caluroso de la historia, con un mes de agosto con una temperatura promedio alrededor de 1.5 grados Celsius más alta que las medias preindustriales. Y, por el momento, 2023 es el segundo año más caluroso del que se tienen registro, de acuerdo con el servicio de cambio climático de Copernicus, perteneciente a la Unión Europea.
Hasta principios de noviembre se habían registrado más de 4.5 millones de casos de dengue en todo el mundo, con más de cuatro mil decesos en 80 países. Farrar cree que el récord global de 2019 —5.2 millones de contagios— podría superarse este año.
“El dengue es algo sobre lo que América debe estar cada vez más preocupada, pero ahora es casi un fenómeno global”, afirmó.
Países como Bangladesh baten récords de casos y muertes. El gobierno el país del sur de Asia ha notificado más de 313 mil 700 casos y más de mil 600 decesos, la mayoría en los tres días después de la hospitalización, según datos publicados.
El mosquito portador del dengue ha sido identificado también en 22 naciones europeas y la enfermedad se ha propagado de forma local en Francia, Italia y España. En agosto, Chad, en el centro de África, reportó su primer brote en la historia.
El dengue afecta a unos 129 países y supone un riesgo para casi la mitad de la población mundial, apuntó la OMS. El virus lo transmiten principalmente hembras infectadas del mosquito Aedes aegypti, que pican a los huéspedes para obtener proteína para sus huevos. El dengue puede causar dolor de cabeza, fiebre, vómitos y erupciones cutáneas, entre otros síntomas. Aunque la mayoría de los contagiados no presentan síntomas, los casos graves pueden causar extravasación de plasma y la muerte.
Lo que es peor, según los expertos, es que la sucesión de contagios puede suponer un mayor riesgo de desarrollar un cuadro severo de la enfermedad.
Aunque el mosquito que transmite el dengue propaga también el chikungunya y el virus del zika, de estos dos hay menos circulación debido a la inmunidad previa, apuntó Paz-Bailey, añadiendo que es muy raro que un mismo animal pueda portar dos virus a la vez.
La OMS advirtió en enero que el dengue supone una amenaza pandémica y es la enfermedad transmitida por mosquitos que más rápido se propaga en el mundo. Aunque existen vacunas y mosquitos modificados que contienen una bacteria llamada Wolbachia para combatir la dolencia, una vez que una persona se contagia no hay un tratamiento específico.
No está claro cuántos países, si es que hay alguno, han solicitado vacunas a los fabricantes, pero la OPS dijo que su grupo de asesoría técnica sobre inmunización se reunió recientemente para hablar sobre las vacunas contra el dengue y publicará sus recomendaciones una vez estén finalizadas.
América batió el récord regional previo para el dengue antes este año, con Brasil, Argentina, Paraguay y Perú reportando la mayoría de casos en todo el mundo. Perú declaró el estado de emergencia en algunas zonas tras una cifra histórica de contagios.
El Caribe está luchando también contra el repunte, con un 15% más de casos confirmados hasta principios de octubre con respecto al mismo periodo del año anterior, de acuerdo con la Agencia de Salud Pública caribeña.
Las autoridades de las islas franco-caribeñas de Guadalupe y Martinica declararon una epidemia en agosto que sigue en marcha. En Martinica, por ejemplo, se comunican una media de 800 casos semanales entre sus alrededor de 394 mil habitantes.
Jamaica y Bahamas anunciaron sendos brotes en septiembre, y Barbados lo hizo en octubre.
“Los riesgos asociados y los efectos no deben subestimarse, ya que los brotes de dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos (…) suponen una amenaza significativa para la salud, el turismo y el desarrollo social y económico”, indicó la Agencia de Salud Pública del Caribe en un comunicado.
Los países más pobres son los que más sufren la enfermedad, puesto que el mal saneamiento crea un caldo de cultivo fértil para los mosquitos infectados, la falta de aire acondicionado y de mosquiteras en las ventanas permite que los insectos circulen libremente y los sistemas de salud se resienten ante el aumento de los casos.
Farrar, el jefe científico de la OMS, apuntó que el dengue es muy difícil de tratar en parte porque los pacientes suelen tardar en acudir al médico y porque el virus puede avanzar lentamente. La atención a los pacientes es complicada porque el personal debe asegurarse de que reciben la cantidad correcta de fluidos, lo que requiere mucho tiempo y vigilancia, agregó.
“Imagine que tiene mil personas, así que necesitan una atención médica detallada. Esto puede desbordar rápidamente un sistema“, afirmó.
Claude Burton, un jubilado de 70 años que vive en Jamaica, conoce de primera manos la presión que pesa sobre los centros de salud. El mes pasado comenzó a sentirse cada vez peor y terminó acudiendo al médico.
Tras dar positivo, tomó un taxi durante una hora para ir desde Ocho Ríos a Kingston luego de que el doctor recomendase su hospitalización. El primer centro que visitó lo rechazó alegando que no había camas disponibles. En el segundo, pasó dos noches durmiendo en una silla de ruedas hasta que quedó libre una cama.
“Estaba realmente mal”, recordó, añadiendo que tenía sangre en la orina y acabó pasado cuatro noches en el hospital.
El verano de 2023 proporcionó las condiciones perfectas para un nuevo brote en la isla, explicó la doctora Georgiana Gordon-Strachan, directora de la Unidad de Investigación de Metabolismo Tropical en la Universidad de Indias Occidentales en Jamaica.
“El calor es uno de los motores del dengue”, afirmó.
Lo más preocupante es que la segunda cepa del dengue —la más grave de las cuatro— es la que predomina actualmente en Jamaica, dijo.
Para combatir el virus, camiones recorren Jamaica, Barbados y otras islas caribeñas rociando zonas con un producto que contiene pequeñas cantidades de insecticida. Las autoridades sanitarias siguen instando a la población a tirar neumáticos viejos, contenedores de plástico y otros recipientes que pueden recolectar agua de la lluvia, así como dormir debajo de una mosquitera y vestir pantalones largos y camisetas de manga larga.
“Es realmente importante que hablemos de forma más proactiva sobre el dengue, ya que se está convirtiendo en una amenaza importante para la salud pública“, indicó Paz-Bailey.