En septiembre de 2019, el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, recibió una alerta de la Sedena sobre los vínculos de uno de sus trabajadores con el crimen organizado.
Una carta revelada por MCCI, Luis Cresencio advirtió que la dependencia a su cargo tenía múltiples investigaciones contra Silvio Isidro de Jesús, nombrado en ese año como director del Cuerpo Técnico de Control de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
Silvio Isidro formaba parte de diversas averiguaciones previas por haberle brindado protección al Cártel de los Beltrán Leyva y en 2006, se desempeñó como escolta de López Obrador durante su campaña presidencial.
Las indagatorias y acusaciones de la entonces Procuraduría General de la República se sustentaron en las declaraciones de Sergio Villarreal Barragán, alias ‘El Grande’, y Roberto López Nájera, abogado de Édgar Valdez Villarreal ‘La Barbie’.
Sus nexos con los Beltrán Leyva iniciaron, en 2007, cuando López Nájera lo buscó por órdenes de los Beltrán Leyva para coordinar el aterrizaje de aeronaves procedentes de Sudamérica
Cuando se reunieron, Silvio Hernández ya conocía al miembro de los Beltrán Leyva. “Le había sido presentado unos meses antes” refieren los documentos de la Sedena.
En 2009 detuvieron a un hombre en posesión de un arma corta, un vehículo blindado y una libreta de apuntes con nombres de distintos funcionarios, incluido Silvio Isidro
La PGR señaló al militar como colaborador de los Beltrán Leyva en compañía de los generales Tomás Ángeles, Ricardo Escorcia, Rubén Pérez, Roberto Dawe y el mayor Iván Reyna Muñoz.
En 2013 se disolvió el caso debido a que no se pudo presentar pruebas irrefutables que vincularan a Silvio Isidro con los Beltrán Leyva y fue liberado y absuelto.