El Real Betis aseguró una victoria por 3-1 sobre el Athletic en el más reciente partido de la jornada 26 de LaLiga, pero el centro de atención no fue el marcador, sino un desafortunado incidente que involucró a la árbitra asistente Guadalupe Porras. Durante la celebración de un gol anotado por Ezequiel Ávila, Porras resultó gravemente herida tras recibir un golpe en la cabeza por parte de una cámara de DAZN mientras esta capturaba imágenes del festejo.
El impacto fue tan severo que Porras tuvo que abandonar el encuentro después de recibir atención médica en el campo. Posteriormente, fue trasladada al hospital para una evaluación más exhaustiva de su lesión. El juego se detuvo por varios minutos mientras se atendía a Porras, y el cuarto árbitro tuvo que ocupar su lugar en la banda.
Este incidente ha avivado el debate sobre la seguridad de los árbitros durante los partidos de fútbol, particularmente en relación con la invasión del espacio de juego por parte de los camarógrafos y fotógrafos. Si bien se considera un accidente, ha generado críticas hacia la Liga por no establecer medidas más estrictas para evitar tales incidentes.
Voces dentro del fútbol han instado a la Liga a tomar medidas concretas para proteger a los árbitros, incluyendo la delimitación de áreas en el campo y la imposición de sanciones más severas en caso de incidentes similares en el futuro. Se ha destacado que si este tipo de situación hubiera afectado a un jugador, la respuesta y las medidas tomadas podrían haber sido diferentes.
Por el momento, la Liga no ha emitido ningún comunicado oficial sobre el incidente ni sobre posibles regulaciones para evitar que eventos similares vuelvan a ocurrir. Guadalupe Porras permanece bajo supervisión médica y es probable que necesite recibir puntos de sutura debido a la herida causada por el impacto de la cámara. Este incidente destaca la necesidad de revisar las normativas de seguridad en los eventos deportivos para proteger a todos los involucrados, incluidos los árbitros y el personal de producción.