Casi tenemos que remontarnos al origen del universo para conocer a una peculiar galaxia, muy alejada de nuestra Vía Láctea, que ha sido desvelada gracias a la avanzada tecnología incluida en el telescopio espacial James Webb de la NASA. Estamos, por supuesto, ante un descubrimiento realmente significativo para la astronomía.
La muerte de una galaxia lejana
Un artículo publicado en el medio Nature nos muestra como el telescopio James Webb ha podido dar con lo que se conoce como ‘galaxia muerta’, es decir, una galaxia que dejó de formar estrellas.
Bajo la denominación de JADES-GS-z7-01-QU, esta galaxia parece que murió 700 millones de años después del Big Bang, obteniendo así el honor de ser la galaxia más antigua de este tipo en ser observada.
Uno de los grandes misterios de esta galaxia es si dejó de fabricar estrellas de manera permanente o, en realidad, se encuentra dormida esperando a volver a iniciar los mecanismos que involucran la formación de estrellas.
Tobias Looser, uno de los autores de la investigación y perteneciente al Kavli Institute for Cosmology, afirma que los primeros cientos de millones de años del universo fueron de gran actividad, comparando ésta, incluso, con un ‘bufet todo incluido’. Es por ello que observar una galaxia tan antigua que murió tan pronto como fabricó estrellas es aún un enigma por resolver.
Habitualmente, las galaxias dejan de crear estrellas debido a la falta de gas, el cual puede agotarse por culpa de agujeros negros o el propio proceso de fabricación de estrellas. Sin embargo, Roberto Maiolino, coautor del estudio, asegura que:
«No estamos seguros de que estos escenarios puedan explicar lo que vemos hoy a través de Webb. Hasta ahora, para entender el universo temprano, hemos utilizado modelos basados en el universo moderno. Pero ahora podemos ver más atrás en el tiempo y observar que la formación estelar fue apagada tan rápido en esta galaxia, que los modelos basados en el universo moderno podrían necesitar ser revisados.»
En este caso, la galaxia JADES-GS-z7-01-QU comenzó la formación de estrellas en un período de tiempo entre 30 y 90 millones de años, pero entre 10 y 20 años después paró súbitamente de hacerlo. Y no sólo hablamos de una galaxia muy antigua, sino también con poca densidad. Francesco D’Eugenio, coautor de la investigación, declara que:
«Estamos buscando otras galaxias similares en el universo temprano, lo que nos ayudaría a ubicar algunas restricciones sobre cómo y por qué las galaxias para de formar nuevas estrellas. Podría ser que las galaxias en el universo temprano ‘mueran’ y después vuelvan a la vida. Necesitaremos más observaciones para ayudarnos a entenderlo.»