Una situación insólita ocurrió en una sucursal bancaria en Bangu, al oeste de Río de Janeiro, Brasil, cuando Érika de Souza llevó el cadáver de su tío para intentar retirar 17.000 reales, aproximadamente 3.200 dólares. Trasladando el cuerpo en una silla de ruedas, se presentó ante un mostrador e intentó hacer que su tío «firmara» un documento para acceder al dinero.
Los empleados del banco sospecharon rápidamente de sus acciones, decidieron grabar la escena y llamar a la Policía, que acudió al lugar y la detuvo. En las imágenes se observa a Érika intentando repetidamente que su tío sostenga un bolígrafo para firmar, mientras afirmaba que podía hacerlo todo según un documento con el nombre de su tío.
A pesar de la atención de los empleados, Érika persistió en su intento, tratando de convencerlos de que su tío podía firmar con su ayuda. Sin embargo, la situación llegó a su fin cuando la policía revisó el cuerpo y confirmó su fallecimiento.
Las autoridades abrieron una investigación para determinar la veracidad de la relación de parentesco entre Érika y su tío, así como para investigar cualquier posible implicación de la mujer en la muerte de Paulo Roberto Braga.
Imágenes de seguridad revelan el momento en que Erika de Souza Vieira Nunes, de 42 años, llegó a la sucursal bancaria con el anciano fallecido para intentar retirar R$ 17.000 de su cuenta. En la grabación, Erika busca una silla de ruedas y luego aparece empujando a Paulo Roberto Braga, de 68 años, con la cabeza inclinada hacia un lado. Según Erika, Paulo murió dentro de la sucursal del banco. Esta teoría fue desmentida por la Policía Civil, quien afirmó que encontraron registros cadavéricos que indicaban que el anciano no murió sentado. Los livores son acumulaciones de sangre por interrupción de la circulación.