El Parlamento del Reino Unido aprobó la Ley de Tabaco y Vapeo en la última sesión del martes, que prohíbe la venta de cigarrillos o productos con nicotina a las personas nacidas después de 2008. Esta medida de salud busca gradualmente reducir el consumo entre las nuevas generaciones.

La resistencia de la facción más conservadora ante esta medida, alegando que representa una interferencia en las libertades individuales por parte de un «Estado paternalista», ha llevado a más de 100 diputados del partido conservador a abstenerse y 57 a votar en contra. Sin embargo, el Gobierno logró aprobar la ley con el respaldo del partido laborista de la oposición.

La ley establece la prohibición de la venta de tabaco a cualquier persona nacida después del 1 de enero de 2009 y aumenta la edad legal para fumar (actualmente 18 años) un año cada año, con el objetivo de eliminar completamente el hábito entre los jóvenes para el año 2040. Esta medida sigue una línea similar a la implementada por el anterior gobierno de Nueva Zelanda, que fue revertida tras la llegada al poder de una nueva formación política de extrema derecha.

El canciller del Exchequer, Rishi Sunak, estaba consciente de las posibles discrepancias dentro de su partido respecto a este tema, y desde el principio decidió permitir un voto libre a los miembros de su grupo parlamentario. Varios miembros de su gobierno, incluida la ministra de Negocios y Comercio, Kemi Badenoch, votaron en contra de la medida.