El estado brasileño de Rio Grande do Sul se encuentra sumido en una tragedia sin precedentes luego de enfrentar lo que las autoridades han catalogado como el «peor desastre climático» tras un intenso temporal. Según informes oficiales, el saldo inicial de 29 personas fallecidas podría incrementarse a medida que transcurran las horas. Durante una conferencia de prensa, el gobernador de la región, Eduardo Leite, expresó su pesar por las muertes contabilizadas hasta el momento, al tiempo que estimó que el número de víctimas aún no registradas podría ser significativo, especialmente debido a los deslizamientos e inundaciones que han afectado a varias localidades aisladas durante las últimas 48 horas. La cantidad de desaparecidos asciende a 60.
En una transmisión en vivo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que el gobierno federal brindará todo el apoyo necesario para mitigar el sufrimiento ocasionado por este evento extremo de la naturaleza. Lula, acompañado por una comitiva de ministros, llegó a la localidad de Santa María, una de las zonas más golpeadas por las intensas lluvias, reafirmando el compromiso de su administración de colaborar en las labores de rescate y reconstrucción.
Las impactantes imágenes de las áreas inundadas han conmovido a los residentes locales, como lo evidencian testimonios como el de Raul Metzel, un operador de maquinaria de 52 años, quien describió la situación como desoladora y anticipó que la situación podría empeorar. La falta de acceso a estas zonas afectadas está complicando los esfuerzos de rescate, dejando a personas como Claudio Oliveira, un mecánico de 54 años, sin poder ayudar a sus seres queridos atrapados en áreas afectadas por las crecidas.
El estado de Rio Grande do Sul fue declarado en «estado de calamidad pública» debido a las fuertes precipitaciones con granizo y vendavales que azotan la región desde hace una semana. Hasta el momento, se han registrado 12 heridos y 67,860 personas afectadas. Además, unas 9,993 personas han sido desalojadas, según lo informado por las autoridades locales.
Las previsiones meteorológicas indican que las fuertes lluvias continuarán hasta el viernes, lo que dificultará aún más las tareas de rescate. El Instituto Nacional de Meteorología de Brasil (Inmet) ha pronosticado condiciones climáticas hostiles, con vientos fuertes, descargas eléctricas, granizo y precipitaciones que podrían superar los 200 mm en Rio Grande do Sul y el sur del estado vecino de Santa Catarina.
El gobierno federal ha desplegado un amplio operativo de ayuda que incluye 12 aeronaves, 45 vehículos y 12 embarcaciones, además de 626 efectivos de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de socorrer a la población afectada, distribuir agua y alimentos, y montar espacios de abrigo, entre otras tareas.
Con múltiples municipios aislados, sin comunicación telefónica ni acceso a internet, y con daños en infraestructuras vitales como carreteras y cortes en el suministro de energía eléctrica y agua para cientos de miles de clientes, la situación se agrava. Las clases han sido suspendidas en el estado, y la Federación Gaúcha de Fútbol ha cancelado todos los partidos previstos para el próximo fin de semana.
Este desastre climático en Rio Grande do Sul se suma a una serie de fenómenos extremos que han azotado Brasil en los últimos años, lo que muchos expertos atribuyen en parte al cambio climático. En septiembre pasado, al menos 31 personas perdieron la vida debido al paso de un devastador ciclón en la misma región.