El tornado que azotó la pequeña población de Barnsdall en Oklahoma dejó un rastro de destrucción, derribando casas, árboles y tendidos eléctricos a su paso. Aunque aún se están evaluando los daños, hasta el momento no se han confirmado muertes, según el jefe de policía Eddie Virden.

El Servicio Meteorológico Nacional en Tulsa emitió una advertencia sobre un tornado grande y peligroso dirigido a Barnsdall, con ráfagas de viento de hasta 70 millas por hora. Las tormentas, que comenzaron con ráfagas de viento y lluvia, se intensificaron con la llegada de los tornados en el norte de Oklahoma.

La situación meteorológica en la región es grave, con más de 3.4 millones de personas, 1,614 escuelas y 159 hospitales en Oklahoma, partes del sur de Kansas y el norte de Texas enfrentando amenazas severas de tornados.

El nivel de alerta en Oklahoma y Kansas fue de alto riesgo meteorológico, siendo este el nivel más alto que se puede asignar debido a la inusual circunstancia de vientos extremos de hasta 75 mph en la región de Front Rage de Colorado, combinados con la humedad del Golfo de México, aumentando así el riesgo de mal tiempo en las Grandes Llanuras.

Mientras tanto, otras áreas de Estados Unidos también están lidiando con condiciones meteorológicas extremas. En el sureste de Texas, las inundaciones están retrocediendo después de días de intensas lluvias que provocaron cientos de rescates acuáticos en vecindarios inundados.

Se espera que las tormentas continúen durante toda la semana, afectando principalmente al este y al sur del país, antes de que los cielos se despejen para el fin de semana.