Jacqueline Gmack, una mujer brasileña de 31 años, vivió una experiencia desgarradora después de tomar ibuprofeno para aliviar sus dolores menstruales. Lo que comenzó como un intento común de aliviar el malestar se convirtió en una pesadilla médica que la dejó luchando por su vida.
Después de tomar el ibuprofeno, Jacqueline comenzó a experimentar síntomas alarmantes, que incluían picor en los ojos y aparición de ampollas en su boca, después desarrolló ampollas en la piel, lo que la llevó a una situación crítica.
Los médicos diagnosticaron a Jacqueline con el síndrome de Stevens-Johnson (SJS), una rara afección en la que el sistema inmunológico reacciona de manera exagerada a ciertos medicamentos, atacando la piel y las membranas mucosas. Este síndrome puede ser mortal y causar graves secuelas en aquellos que logran sobrevivir.
Jacqueline fue inducida en coma durante 17 días mientras los médicos luchaban por salvar su vida. A pesar de sobrevivir al SJS, no salió intacta, ya que, sufrió daños graves en los ojos y ha tenido que someterse a numerosas cirugías, incluidos trasplantes de córnea y membrana amniótica, en un esfuerzo por salvar su visión.