La ‘Mano de Dios’, una formación turbulenta y ominosa de aspecto fantasmal, fue observada a una distancia de mil 300 años luz, emergiendo de una nebulosa espectacular. Según la NASA, esta formación es conocida como el cúmulo cometario CG 4, también apodado «la mano de Dios».

Esta impresionante vista fue capturada en la constelación de Puppis, gracias a una imagen obtenida por la Cámara de Energía Oscura del Observatorio Cerro Tololo en Chile, como parte del programa NOIRLab.

La Mano de Dios es solo uno de los numerosos cúmulos cometarios presentes en nuestra Vía Láctea. La peculiar forma de estos objetos y su proceso de formación continúan siendo temas de debate entre los astrónomos.

Los glóbulos cometarios son una subclase de nebulosas oscuras llamadas glóbulos de Bok, que son nubes aisladas de gas denso y polvo cósmico, rodeadas de material ionizado y extremadamente caliente. Cuando estas nubes experimentan un desprendimiento de material que forma una cola extendida en el espacio, se les denomina glóbulos cometarios debido a su vaga semejanza con los cometas, aunque en realidad no comparten ninguna característica.