La «asfixia oceánica» es el término utilizado para describir los impactos negativos que la actividad humana ha causado en los océanos del mundo. Desde la disminución de los niveles de oxígeno en el agua hasta la aparición de islas de basura y la acidificación, son parte de este problema, según lo afirmado por instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos.

Según los especialistas, abordar este problema es crucial ya que los océanos generan al menos el 50% del oxígeno del planeta y regulan el clima. Además, son una fuente vital de vida y sustento humano, ya que proporcionan alimentos y medicinas importantes, y albergan la mayor parte de la biodiversidad del planeta.

La acidificación de los océanos es un fenómeno que se ha producido debido al cambio climático, ya que el aumento de la temperatura del agua ha perturbado varios procesos y ha generado fenómenos como el debilitamiento de las corrientes oceánicas.

Este fenómeno afecta a especies marinas como las conchas y caracoles, que no pueden formar sus estructuras duras debido a la incapacidad de fijar carbono, según la UNAM.

La basura que llega a los océanos también contribuye a la asfixia oceánica. Esto incluye tanto los desechos humanos en áreas costeras como los residuos liberados por la industria agroquímica. Por ejemplo, la UNAM informa que en el Pacífico norte se ha formado una enorme isla de plástico. Además, cuando los residuos se descomponen y se convierten en partículas, son ingeridos por los organismos marinos, lo que puede causar daños a su salud y genética e incluso llevar a la extinción de especies.

Por otro lado, el Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos señala que la hipoxia marina, que es la reducción de oxígeno en el océano, también está dañando los mares, ya que «mata todo lo que no puede moverse o alejarse de las zonas de peligro» donde ocurre este fenómeno.