Un destacamento naval ruso, encabezado por el submarino de propulsión nuclear «Kazan», llegó a Cuba este miércoles para una visita de cinco días, según constató la AFP. Minutos antes de las 08:00 locales (12:00 GMT), el buque petrolero «Pashin» entró a la bahía de La Habana, seguido por el remolcador de salvamento «Nikolai Chiker», ambos decorados con los colores de la bandera rusa.

En una mañana gris y lluviosa, el «Kazan» se dejó ver en el horizonte, mostrando una parte de su estructura y la torreta sobre la superficie del mar. Detrás de él, la fragata «Almirante Gorshkov» se acercaba a la bahía que bordea la capital cubana.

La visita se produce en el marco del 80 aniversario de relaciones diplomáticas entre Cuba y Canadá, lo que también motivó la llegada del buque patrullero de la Armada Real de Canadá, HMCS Margaret Brooke, que arribará el viernes, según informó la cancillería cubana.

El Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) aseguró que los navíos rusos no portan armas nucleares y no representan una amenaza para la región. Esta afirmación se realizó en un contexto de creciente tensión geopolítica y mientras el canciller cubano Bruno Rodríguez se reunía en Moscú con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

El ejército cubano subrayó que la visita de la flotilla rusa se acoge estrictamente a las regulaciones internacionales de las cuales Cuba es Estado parte, y responde a las «históricas relaciones de amistad» entre La Habana y Moscú.

Este encuentro naval se produce un mes después de que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, expresara su apoyo a Rusia en el conflicto con Ucrania durante una visita a Moscú. En esa ocasión, Díaz-Canel deseó éxito a Moscú en su «operación militar especial» y condenó la «manipulación geopolítica» de Estados Unidos y la «amenaza de la OTAN» al acercarse a las fronteras rusas, según la agencia de noticias TASS.

La llegada de esta flotilla y la coordinación entre los gobiernos de Cuba y Rusia reflejan la consolidación de sus relaciones diplomáticas y militares, en un momento de tensión global y reconfiguración de alianzas estratégicas.