El 6 de junio la cápsula Starliner de Boeing finalmente alcanzó la Estación Espacial Internacional (EEI) después de enfrentar retrasos debido a problemas técnicos con el propulsor. Sin embargo, lo que debía ser una misión rutinaria se convirtió en un desafío serio para los astronautas a bordo, Butch Wilmore y Suni Williams, quienes ahora se encuentran varados en el espacio debido a fugas de helio en el sistema de propulsión de la nave.
El problema con las fugas de helio ha resultado en un impedimento crucial para el regreso de la cápsula a la Tierra. Aunque inicialmente se esperaba que Starliner permaneciera en la EEI durante al menos ocho días antes de volver, las fugas de helio han complicado seriamente esta programación.
Según informes, el combustible a bordo estaba calculado para 45 días de operación, de los cuales ya han transcurrido 20 días desde el acoplamiento. Esto deja a los astronautas con un margen de solo 15 días antes de que se agote el combustible necesario para el regreso seguro a nuestro planeta.
La situación actual presenta un desafío significativo para la NASA y para Boeing, quienes son responsables del desarrollo y operación de Starliner bajo contrato con la agencia espacial estadounidense. A pesar de los esfuerzos iniciales por parte de los administradores para gestionar las fugas de helio y continuar con la misión, nuevas fugas surgieron poco después del inicio del vuelo y posteriormente tras el acoplamiento con la EEI. Este desarrollo ha puesto en duda la capacidad de la nave para mantener las condiciones necesarias para un regreso seguro a la Tierra.
La esperanza para Wilmore y Williams radica ahora en una posible solución que permita resolver las fugas de helio a tiempo para programar un regreso el 2 de julio. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre si los ingenieros de Boeing y los técnicos de la NASA podrán reparar o mitigar las fugas lo suficientemente rápido para cumplir con esta fecha límite.
A pesar de los contratiempos, los funcionarios de la NASA han asegurado que los astronautas no están en peligro inmediato y que la Estación Espacial Internacional tiene suficientes recursos, incluyendo alimentos y suministros médicos, para apoyar a la tripulación durante un período prolongado, si fuera necesario. Esta afirmación proporciona cierto alivio para los preocupados por la seguridad y el bienestar de Wilmore y Williams, quienes se encuentran acompañados por otros siete miembros de la tripulación en la EEI.
Mientras la NASA y Boeing continúan trabajando para resolver los problemas técnicos con Starliner, la atención mundial está centrada en el destino de los dos astronautas varados en el espacio. La esperanza de un regreso seguro el 2 de julio se mantiene viva, pero el desafío técnico y logístico sigue siendo considerable.