El filósofo español Daniel Innerarity pidió este viernes en la Unesco una regulación de la inteligencia artificial (IA) ante el peligro que el desarrollo y la extensión de esta tecnología supone para la calidad de la vida democrática.
Innerarity presentó hoy en la Unesco un informe que le había encargado la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre los efectos de la IA y los riesgos que implica para las sociedades democráticas.
«Cuando decimos que las democracias están en peligro tendemos a pensar que el peligro es similar al peligro que han corrido las democracias en otros tiempos», como un golpe militar, explicó en declaraciones a EFE.
Pero el auténtico riesgo, «que a me preocupa más, es una cierta degradación, un cierto estancamiento, una cierta desilusión, una cierta incapacidad de acometer las transformaciones», precisó.
El pensador reconoce que «estamos en un momento que a mí me gusta definir como de histeria digital, en el cual el campo se divide entre gente que espera demasiado de la inteligencia artificial y gente que le tiene demasiado miedo».
«Hasta que no encontremos un equilibrio en estas dos dimensiones creo que no abordaremos con racionalidad los desafíos que esto plantea», añade el director del Instituto de Gobernanza Democrática de la Universidad del País Vasco.
En su informe, Innerarity insta a una «regulación y gobernanza de la IA», y también regulación y legislación sobre los datos, todo por parte de los Estados o entidades supranacionales, con estrategias nacionales integrales.
Y recuerda que «en la regulación, propiedad y uso de los datos nos jugamos una buena parte de nuestra ciudadanía democrática».
El documento reconoce que la regulación de la digitalización «parece desafiar ampliamente» a las estructuras de los Estados nacionales, pero insiste en que esa dificultad «no es una disculpa para no hacer nada, sino un incentivo para el gran salto de innovación política que las nuevas tecnologías nos están reclamando».
«La regulación es difícil porque se trata de regular primero tecnologías que son más expertas que el conocimiento de aquellos que tienen que regular, o sea, de los gobiernos», admitió Innerarity en sus declaraciones.
Sin embargo, argumentó que «los Estados, los parlamentos, tienen un cierto poder. La gran pregunta es ¿estamos utilizando ese poder pequeño que tenemos? A lo mejor no lo estamos utilizando bien».
Innerarity recalcó que a pesar del discurso político muchas veces envenenado por las redes sociales y los algoritmos de las grandes plataformas, que han degradado el debate político actual, hay que «pensar con contexto» histórico.
En este sentido, recordó que «el antisemitismo que hay hoy en día no es mayor que al que ha habido en otros momentos de la historia» de Europa. «O el racismo. Otra cosa es que se exprese más. Otra cosa es que sea más fácil que un insulto llegue más lejos.
«Tenemos que desarrollar agencias de ‘fact checking’ más sofisticadas. Seguramente los ciudadanos tenemos que aprender también a ser menos crédulos ante las noticias. Y menos alarmistas ante cosas que no lo merecen», subrayó.
Durante la presentación del informe, el embajador español ante la Unesco, Miquel Iceta, señaló que la IA tiene unos efectos «a la vez profundos y crecientes» en la sociedad.
«La IA genera incertidumbre, y la incertidumbre es uno de los grandes generadores del miedo», advirtió. EFE