La Corte Suprema de Israel decidió el martes que el ejército debe comenzar a reclutar a hombres judíos ultraortodoxos. Esta decisión podría dividir al gobierno de coalición del primer ministro Benjamín Netanyahu, especialmente en medio de la guerra en Gaza.

En una decisión unánime, nueve jueces concluyeron que la exención militar que durante mucho tiempo se ha otorgado a muchos estudiantes ultraortodoxos no tiene base legal. Dado que no existe una ley que diferencie entre seminaristas y otros jóvenes en edad de servicio militar, el tribunal dictaminó que las leyes de conscripción del país deben aplicarse por igual a la minoría ultraortodoxa.

En Israel, donde el servicio militar es obligatorio para la mayoría de los judíos, la exención de los ultraortodoxos ha generado resentimiento. Este sentimiento se ha intensificado durante la prolongada guerra en Gaza, que ha obligado a muchos reservistas a realizar múltiples turnos y ha cobrado la vida de cientos de soldados.

La Corte Suprema expresó que la desigualdad es especialmente aguda en tiempos de guerra y subrayó la necesidad urgente de resolver el problema de manera sostenible.

La decisión amenaza con profundizar una de las divisiones más dolorosas en la sociedad israelí: la división entre los judíos laicos y los ultraortodoxos, quienes argumentan que sus estudios religiosos son tan cruciales y protectores como el servicio militar.

Además, la sentencia puso en evidencia las tensiones dentro de la coalición de Netanyahu, que depende del respaldo de partidos ultraortodoxos que se oponen al servicio militar obligatorio para sus seguidores, incluso en tiempos de conflicto.

A lo largo de los años, los tribunales israelíes han fallado repetidamente en contra de la exención, instando al gobierno a legislar sobre el asunto. Sin embargo, los sucesivos gobiernos han postergado la creación de una nueva ley. En 2023, la legislación existente caducó, lo que llevó al gobierno a ordenar a los militares que no reclutaran a los ultraortodoxos mientras se trabajaba en una nueva exención.

La Corte Suprema, cansada de esperar, anuló esta orden el martes, aunque no especificó un plazo para el inicio del reclutamiento. La implementación de esta medida sería un desafío logístico y político considerable, enfrentando una resistencia masiva de la comunidad ultraortodoxa.

El fiscal general de Israel informó que el ejército se había comprometido a reclutar al menos a 3000 estudiantes ultraortodoxos durante el próximo año, pero esta cifra aún no resolvería la brecha existente en el servicio militar.

La decisión judicial también incluye una medida para presionar a los ultraortodoxos: la suspensión de subsidios gubernamentales a las yeshivas, instituciones centrales para la comunidad ultraortodoxa.

Esta sentencia ha sacudido la frágil coalición de Netanyahu, que está dividida entre los partidarios de la exención ultraortodoxa y quienes la rechazan. Cualquier ruptura en esta coalición podría llevar al colapso del gobierno y a nuevas elecciones en un momento de baja popularidad para el gobierno.

La decisión de la Corte Suprema generó indignación entre los políticos ultraortodoxos, quienes ven el servicio militar como una amenaza a su estilo de vida basado en la Torá.

En resumen, la decisión judicial ha profundizado las divisiones internas en Israel y presenta desafíos significativos para el gobierno de Netanyahu, que ahora debe lidiar con las consecuencias políticas y sociales de implementar esta medida.