Brasil introdujo este martes por primera vez en la agenda de discusiones del G20 el combate al racismo, que presentó como el décimo octavo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU a ser alcanzado en 2030, durante una reunión de ministros del foro de las mayores economías mundiales.
La necesidad de establecer metas y políticas para la reducción de la desigualdad racial y el combate al racismo en el G20 fue abordada en el último día de la reunión de ministros de Desarrollo de los países del G20, que comenzó la víspera en Río de Janeiro.
Brasil, en su condición de presidente temporal del G20 y como uno de los países con mayor población afrodescendiente en el mundo, aprovechó la cita para colocar el asunto por primera vez en debate en el foro que reúne a las veinte mayores economías del mundo junto con la Unión Europea y la Unión Africana.
«Nuestro país maduró lo suficiente para comprender que no es posible promover el desarrollo en el mundo sin que contemos con una promoción de la igualdad racial y con el enfrentamiento de las distorsiones provocadas por el racismo», afirmó la ministra brasileña de Igualdad Racial, Anielle Franco.
Sostuvo que la sociedad solo se desarrollará de verdad si el color de la piel deja de ser determinante para saber si una persona consigue alimentarse adecuadamente, si tiene acceso a una habitación digna y si cuenta con acceso a educación, salud y seguridad ambiental y climática.
El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, coordinador del encuentro, recordó que fue Brasil el que, en una reunión de la ONU el año pasado, estableció voluntariamente la igualdad racial como uno de los objetivos de desarrollo social a alcanzar en 2030 y que lo definió como el décimo octavo ODS.
«En un momento en que, lamentablemente, presenciamos manifestaciones de racismo y discriminación, incluso en el deporte, Brasil sigue comprometido en promover la igualdad étnico-racial, que no es solo un objetivo noble sino también un imperativo para construir un mundo más justo, incluyente y sustentable», dijo.
Afirmó igualmente que Brasil, como actual presidente del G20 y organizador de la Cumbre que el foro tendrá en noviembre próximo en Río de Janeiro, está profundamente comprometido con la implementación de todos los ODS.
«Es esencial que alcancemos los objetivos ambiciosos establecidos en la agenda 2030. En el primer semestre de este año la presidencia brasileña hizo un gran esfuerzo para impulsar la cooperación trilateral en el ámbito del G20 como herramienta para ayudar a los países a cumplir los objetivos», dijo.
Vieira dijo que los países no sólo están atrasados en el cumplimiento de las metas sino que, en lugar de avanzar, retrocedieron en algunas áreas.
«El mundo está cada vez más desigual. El 1 % más rico del mundo acaparó casi dos terceras partes de toda la riqueza generada desde 2020», afirmó el ministro al citar datos de la organización Oxfam y recordar que la reducción de la desigualdad es uno de los 17 ODS.
Agregó que en 2020 la desigualdad global creció por primera vez en décadas, con un incremento del 0,7 % del índice Gini global.
«Por ese motivo la presidencia brasileña del Grupo de Trabajo de Desarrollo del G20 le dio prioridad a la reducción de la desigualdad. Queremos luchar por un mundo más justo, con igualdad de oportunidad para todos, independiente de edad, género, deficiencia, raza, etnia, origen, religión, condición económica u otra», concluyó.