El papa Francisco denunció que las guerras actuales que asolan el mundo son “un escándalo que la comunidad internacional no debería tolerar” y remarcó que contradicen “el espíritu de hermandad de los Juegos Olímpicos apenas iniciados”.
“Si bien hay muchas personas en el mundo que sufren desastres y hambre, se siguen fabricando y vendiendo armas, alimentando guerras grandes y pequeñas. Esto es un escándalo que la comunidad internacional no debería tolerar, y contradice el espíritu de hermandad de los Juegos Olímpicos”, dijo el pontífice al término del rezo dominical del Ángelus ante los fieles en la plaza San Pedro.
“No olvidemos, hermanos y hermanas, que la guerra es una derrota”, reiteró Francisco, que estas últimas semanas apeló a una tregua en los conflictos que afectan el planeta durante los Juegos Olímpicos.
Francisco también apeló a la oración “por las víctimas del gran deslizamiento de tierra que arrasó una aldea del sur de Etiopía”, y mostró su solidaridad con la población afectada, en una catástrofe que causó la muerte de al menos 257 personas.
Por otro lado, tuvo también palabras por los ancianos al marcarse la celebración de IV Jornada Mundial de los Abuelos y Personas Mayores que instauró él mismo años atrás, y pidió que la gente más anciana no sea abandonada.
“El abandono de las personas mayores es, de hecho, una triste realidad a la que no debemos acostumbrarnos”, dijo Francisco.
“Para muchos de ellos, especialmente en estos días de verano, la soledad corre el riesgo de convertirse en una carga difícil de soportar”, agregó el pontífice, que pidió un aplauso para todos los mayores.
También instó a reforzar “la alianza entre nietos y abuelos, entre jóvenes y mayores”, para “decir no a la soledad de los mayores”.
“Nuestro futuro depende mucho de cómo abuelos y nietos aprendan a convivir”, concluyó.