Circula en redes sociales y medios de comunicación la falsa afirmación de boxeadoras transexuales compitiendo por medallas en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esta información ha sido respaldada por figuras públicas, como la Ministra de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades de Italia, Eugenia Roccella.

Sin embargo, ni la argelina Imane Khelif ni la taiwanesa Lin Yu-Ting son boxeadoras transexuales. Ambas son mujeres cisgénero, es decir, su género al nacer coincide con su identidad actual. La desinformación ha surgido de rumores falsos sobre la «ventaja biológica» de Khelif, basados en su apariencia y niveles de testosterona, no en su identidad de género.

Durante su presentación en los Juegos Olímpicos de París, la competidora argelina logró una victoria cuando la italiana Angela Carini se retiró a los 46 segundos de combate, debido a un dolor intenso en la nariz y problemas con su careta. Carini, desbordada por sus emociones y con lágrimas en los ojos, no estrechó la mano de Khelif tras el combate, pero aclaró que su decisión no fue un acto deliberado ni un mensaje político.

Khelif había sido descalificada del campeonato mundial de 2023 por no pasar un análisis de elegibilidad de género. La controversia sobre su participación en los Juegos Olímpicos ha estado marcada por la desinformación, especialmente tras su victoria en el Torneo Golden Belt en diciembre de 2022, que se malinterpretó y se usó para propagar rumores falsos.

La Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó a Khelif y Lin del campeonato mundial de 2023 en Nueva Delhi por supuestas irregularidades en los criterios de elegibilidad, pero los detalles precisos nunca fueron publicados. Posteriormente, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió que la IBA no organizara el torneo olímpico de boxeo para París 2024, permitiendo que Khelif y Lin compitan bajo las reglas del COI.

El COI ha confirmado que todas las competidoras cumplen con las reglas de elegibilidad y tienen su género correctamente registrado en sus documentos oficiales. La testosterona, que es producida tanto por mujeres como por hombres, no determina el género de una persona.

Esta situación pone de relieve los malentendidos y la discriminación hacia las atletas, subrayando la importancia de distinguir entre hechos y desinformación para asegurar una competencia justa y respetuosa.