La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, ha dimitido y huido a la India en medio de una crisis política y social sin precedentes en el país. La dimisión de Hasina, confirmada este lunes por el jefe del Ejército de Bangladesh, Waker-Uz-Zaman, se produce tras semanas de violentas protestas estudiantiles que han resultado en la muerte de más de 250 personas.
Orígenes de las Protestas
Las protestas comenzaron a principios de julio cuando estudiantes universitarios de Bangladesh empezaron a manifestarse pacíficamente para exigir la abolición de un sistema de cuotas en los empleos públicos. Este sistema reserva un tercio de los puestos en la administración para los familiares de veteranos de la guerra de independencia de Bangladesh contra Pakistán en 1971. Los manifestantes argumentaron que el sistema era discriminatorio y perpetuaba la desigualdad en el mercado laboral.
A pesar de que el gobierno accedió a revisar el sistema de cuotas, las protestas se intensificaron, transformándose en un movimiento antigubernamental más amplio. La presión pública aumentó debido a acusaciones de corrupción y mala gestión bajo el gobierno de Hasina.
La primera ministra Sheikh Hasina fue trasladada en una aeronave militar C-130 a la base aérea de Hindon en las afueras de Nueva Delhi, India. Este vuelo fue monitoreado por las Fuerzas Aéreas de la India y otras agencias de seguridad desde su entrada en el espacio aéreo indio, según fuentes oficiales.
La salida de Hasina se produce tras una serie de enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en Daca, la capital del país. Miles de personas se congregaron frente a la residencia oficial de Hasina, y en un acto simbólico, algunos manifestantes lograron entrar en el edificio. La respuesta del gobierno incluyó la imposición de un toque de queda, pero esto no detuvo las protestas.
El descontento no solo se centra en el sistema de cuotas, sino también en la percepción de corrupción y favoritismo en el gobierno de Hasina. La administración de Hasina, que ha estado en el poder durante 15 años, ha sido acusada de corrupción por parte de ex altos funcionarios, incluidos un ex jefe del ejército y un ex jefe de policía. Las acusaciones de malversación de fondos y sobornos han sido ampliamente publicadas, intensificando el malestar social.
Con la dimisión de Hasina, el jefe del Ejército ha anunciado la formación de un gobierno interino. La situación sigue siendo tensa en el país, y se espera que la transición de poder sea complicada. La comunidad internacional observa de cerca la situación en Bangladesh, temiendo que la crisis pueda desestabilizar aún más la región.
En Daca y otras ciudades importantes, la población sigue enfrentando un ambiente de incertidumbre y agitación. Las autoridades han hecho un llamado a la calma y a la cooperación con el nuevo gobierno interino, mientras se esfuerzan por restaurar el orden y abordar las demandas de los manifestantes.
La situación en Bangladesh destaca la tensión entre el crecimiento económico rápido y la necesidad de reformas políticas y sociales. Mientras el país intenta superar esta crisis, el futuro político de Bangladesh y la estabilidad de su gobierno interino permanecen en juego.