El próximo 1 de octubre, la morenista Claudia Sheinbaum tomará posesión como presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. La ceremonia se llevará a cabo no solo ante el Congreso de la Unión, sino también ante representantes de todos los países con los que México mantiene relaciones diplomáticas, a excepción de Ecuador y Perú.

A menos de 60 días de la toma de posesión, el Gobierno de México ha comenzado a enviar notas diplomáticas a todas las naciones amigas, incluyendo a Rusia, lo que ha generado cierta polémica. Al ser cuestionada sobre el envío de esta invitación a Rusia, Sheinbaum aclaró que se trata de una práctica protocolaria. «Es una nota que se envía a cada país, quienes están en libertad de confirmar o no su asistencia, ya sea con la presencia del líder o de un representante», explicó.

Sin embargo, hay dos excepciones notables: Ecuador y Perú no fueron invitados. En una conferencia de prensa el pasado 30 de julio, Sheinbaum comentó: «Se han estado enviando prácticamente a todo el mundo invitaciones, obviamente a Ecuador y Perú pues no, verdad».

Perú rompió relaciones diplomáticas con México luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador fuera acusado de «injerencia» en asuntos internos, tras defender a Pedro Castillo y desconocer el gobierno de Dina Boluarte. AMLO declaró en su conferencia matutina de diciembre de 2022: «Hay que reconocer que ganó democráticamente (Pedro Castillo) y que no se le puede destituir. El reconocimiento no existe en la diplomacia mexicana, es contraria a nuestros principios de política exterior». En febrero de 2023, López Obrador calificó al gobierno de Boluarte como «espurio», lo que llevó a Perú a retirar a su personal diplomático y a reducir las relaciones a nivel de encargados de negocios.

México también rompió relaciones con Ecuador en abril pasado, luego de que elementos armados irrumpieran en la embajada mexicana en Quito en un intento por asegurar a Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, quien había solicitado asilo en México. AMLO calificó la acción como una «violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México», lo que llevó a la ruptura diplomática el 6 de abril. Posteriormente, la Cancillería mexicana llevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia para que Ecuador rinda cuentas por esta violación a la inviolabilidad de las embajadas.