El Museo del Louvre, que es el más frecuentado del mundo, registró una caída de visitantes del 22 % durante la celebración de los Juegos Olímpicos en comparación con el mismo periodo de 2023, informaron a EFE fuentes de la institución.
En concreto, del sábado 27 de julio al 11 de agosto -los días oficiales de competiciones tras la gran ceremonia de apertura en el Sena del 26 de julio- atravesaron sus puertas 331.759 personas, lo que arrojó una media de 23.644 visitantes cada día.
La bajada fue más notable en los días previos a la ceremonia de inauguración, cuando el Louvre, situado dentro del perímetro de seguridad levantado por las autoridades, registró una bajada del 45 % del número de visitantes.
En esas fechas, el Louvre sufrió con dureza el impacto del perímetro de seguridad establecido por las autoridades a lo largo del río para proteger la ceremonia inaugural, con numerosas estaciones de transporte público cerradas y restricciones de acceso draconianas incluso para los peatones (se precisaba de un salvoconducto para ingresar al área cercada).
Al efecto disuasorio de esas medidas, que también se notó en el volumen de turismo de París en general, se unió la cancelación de las visitas nocturnas del 24 de julio y el cierre total del Louvre los días 25 y 26, también con motivo de la preparación de la ceremonia inaugural, que incluyó al museo como uno de sus escenarios.
Esos días previos a los Juegos los visitantes acumulados fueron tan solo 166.604.
Por el contrario, durante la primera quincena de julio, la frecuentación del Louvre sumó 351.634 espectadores, lo que supuso apenas un ligero descenso (-1 %) respecto a las semanas entre el 1 y el 14 de julio de 2023.
En lo que va de año, entre enero y julio, las visitas al Louvre totalizan 5.006.071, un 4 % menos que en los siete primeros meses de el año anterior.
El descenso de la afluencia de los museos ya se había visto en otras ciudades que acogieron Juegos, como Londres en 2012, aunque París esperaba mitigarla por el atractivo de sus monumentos y, sobre todo, porque muchas de las pruebas olímpicas se desarrollaban en lugares muy céntricos de la ciudad.