En un reciente comunicado, el régimen de Nicolás Maduro ha rechazado categóricamente el “Informe Preliminar” emitido por el Panel de Expertos Electorales de la ONU, confirmando además que las autoridades venezolanas realizaron espionaje ilegal durante la visita de los expertos al país. Según el documento oficial, el régimen acusa al Panel de mantener frecuentes contactos con funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, lo que, según las autoridades venezolanas, convertiría sus declaraciones en producto de “instrucciones hostiles” emanadas de la nación norteamericana.
El comunicado presenta un fragmento que revela la vigilancia ejercida por el régimen: “Llama la atención que durante su estadía en Venezuela, los integrantes de este fingido panel de expertos tuvieron frecuentes contactos directos, vía telefónica y a través de videoconferencias, con funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos”. Esta revelación implica que la dictadura chavista estaría espiando e interviniendo las comunicaciones de los expertos de la ONU.
El informe criticado por Maduro, elaborado por los expertos Domenico Tuccinardi (italiano), Fernanda Abreu (portuguesa), Roly Dávila (guatemalteco) y Maria de Lourdes González (mexicana), menciona que tuvieron acceso a todas las fases del proceso electoral en el que Maduro fue declarado fraudulentamente como ganador. Sin embargo, el régimen denuncia que los expertos emitieron “opiniones irresponsables y sirvieron a intereses golpistas de la ultraderecha venezolana”, interactuando con estos líderes antes, durante y después de las elecciones.
El régimen venezolano sostiene que el informe de la ONU “difunde una serie de mentiras”, violando los principios que rigen el funcionamiento de los grupos de expertos, y califica su accionar como poco ético y profesional, impulsando una agenda violenta con el objetivo de dañar la democracia venezolana.
Este incidente de espionaje ha generado fuertes reacciones en la comunidad internacional, aumentando las preocupaciones sobre la situación en Venezuela y la seguridad de las misiones de observación de la ONU. A pesar de las acusaciones del régimen, los expertos han defendido la imparcialidad de su trabajo.
La controversia se intensifica en medio de un contexto de creciente tensión política en Venezuela, y plantea interrogantes sobre el futuro de la cooperación internacional y la transparencia en procesos electorales en el país.