Ciudad de México (EFE).- Las acusaciones del capo mexicano Ismael ‘El Mayo’ Zambada tras su arresto en Estados Unidos renuevan las sospechas de la presunta complicidad de funcionarios del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador con el narco, en particular en el estado de Sinaloa, cuna del homónimo cártel.

Luego de tres semanas de la captura, el oficialismo lidia con renovadas acusaciones de nexos con el Cartel de Sinaloa porque Zambada, cofundador del grupo, sostuvo el sábado en una carta que el día de la detención se reuniría con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

 

Señalamientos del Mayo

El capo también aseguró que lo acompañaba un comandante de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, José Rosario Heras, al encuentro, que en realidad fue un engaño de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, para llevarlo en un avión a Estados Unidos, donde aprehendieron a ambos cerca de El Paso, Texas.

Las declaraciones de Zambada, quien nunca había pisado la cárcel en sus más de 40 años dedicado al narcotráfico, resultan en “una afectación grave” al Gobierno, consideró Clemente Romero Olmedo, experto en seguridad nacional de Cronem Consultores.

“Pareciera que es la confirmación de los vínculos que hay entre la clase política a nivel local, al menos en este estado, con los grupos criminales que dominan la región”, expuso el especialista a EFE.

La misiva mostró que la élite política, militar y policial “estuvo respaldando durante mucho tiempo al Cártel de Sinaloa”, por lo que también “es una amenaza del ‘Mayo’ Zambada hacia otros actores políticos con los que él tuvo trato”, agregó David Saucedo, consultor en seguridad pública.

“Manda el mensaje hacia otros actores, otros gobernadores, integrantes de gabinete, jefes, altos jefes policiacos que, seguramente, también formaron parte o forman parte de los anillos de protección del Cártel de Sinaloa”, advirtió.

 

Una nueva campaña contra el Gobierno

La oposición ha acusado a López Obrador de complicidad con el Cártel de Sinaloa desde que en 2019 ordenó frenar el operativo para detener a Ovidio Guzmán, otro hijo del Chapo, y en 2020 saludó de mano a la madre de dicho capo en Sinaloa, donde él ha visitado más de cinco veces Badiraguato, la cuna de la organización criminal.

El presidente reiteró en su conferencia que el escándalo del Mayo es para reavivar la campaña de ‘narcopresidente’, que surgió antes de la elección de junio tras notas en el New York Times y ProPublica sobre investigaciones de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) de sus presuntos nexos con el cartel.

“Vino lo de Culiacán, lo del señor Zambada, y vuelve en las redes ‘AMLO presidente narco’, pero con todo, regresa. ¿Y el dinero, de dónde se utiliza tanto dinero para eso? Y no es nada más el asunto del señor Zambada, les debe de estar molestando algo más, las reformas, nuestras posturas en política exterior”, manifestó.

Tanto él como la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, han respaldado el deslinde de responsabilidad del gobernador Rocha Moya.