En respuesta a la creciente amenaza de un ataque de Irán, el Museo de Arte de Tel Aviv ha tomado medidas extraordinarias para proteger su valiosa colección de arte. La decisión de trasladar las obras maestras a una caja fuerte subterránea refleja la preocupación por la seguridad en medio del conflicto en curso entre Israel y Hamás, que comenzó el 7 de octubre.

Desde las primeras semanas de la guerra, el museo ha descolgado obras de renombrados artistas como Pablo Picasso, Rembrandt y Wassily Kandinsky, trasladándolas a los sótanos para evitar daños en caso de ataques. Esta medida de precaución se ha intensificado recientemente debido a la nueva amenaza del Hezbolá e Irán, que ha generado un aumento en las tensiones regionales.

Tania Coen-Uzziell, directora del museo, explicó a la AFP: «Descolgamos otras obras» en respuesta a la amenaza. «Cuando la nueva amenaza del Hezbolá y de Irán está sobre la mesa, comprendimos que debemos tomar precauciones.» Coen-Uzziell destacó la importancia de preservar estas obras, afirmando: «Somos los guardianes de esas obras de arte importantes que sobrevivieron muchas de ellas a la Segunda Guerra Mundial. Es importante conservar esos tesoros para la próxima generación.»

Las medidas de seguridad se implementaron con urgencia tras el ataque del 7 de octubre, que resultó en la muerte de 1,198 personas y el secuestro de 251 individuos por parte de milicianos islamistas. El conflicto ha llevado a una significativa escalada de violencia, con un saldo de 39,929 muertos en Gaza según el Ministerio de Salud de ese territorio.

Las obras más preciadas del museo se encuentran ahora en una caja fuerte subterránea, considerada por Nathalie Andrijasevic, conservadora adjunta del museo, como «el mejor lugar para conservar obras de arte.» Andrijasevic añadió que la decisión de retirar más obras se tomó en vista del constante riesgo, comentando que durante el ataque inicial, «los cohetes no paraban de caer» y que hubo «mucho miedo de que los cohetes cruzaran los techos y dañaran nuestras obras.»

A pesar de las medidas de seguridad extremas, Andrijasevic mantiene la esperanza de que el ataque de Irán no se materialice, lo que permitiría a las colecciones del museo regresar a su exhibición normal una vez que las condiciones lo permitan. El museo sigue comprometido en proteger su valiosa colección y garantizar la preservación de su legado cultural frente a los desafíos actuales.