El gobierno ruso ha lanzado una convocatoria dirigida a ciudadanos extranjeros que discrepen de los principios neoliberales de sus países de origen y compartan los “valores tradicionales” promovidos por Rusia. La oferta de residencia en Rusia fue confirmada por la embajada del país en México, en un anuncio que marca una clara apertura para atraer a aquellos que se alineen con la visión ideológica del gobierno ruso.
Según un decreto firmado por el presidente Vladimir Putin, se ha facilitado el proceso para que los extranjeros puedan obtener permisos de residencia si se adhieren a los valores espirituales y morales que Rusia promueve. Estos valores incluyen la dignidad, los derechos humanos, el patriotismo, y la prioridad de lo espiritual sobre lo material, entre otros.
El decreto estipula que los solicitantes que rechacen las políticas neoliberales impuestas por sus gobiernos actuales y que coincidan con los principios tradicionales rusos serán bienvenidos en Rusia. En un cambio significativo respecto a los procedimientos normales, aquellos que compartan estos valores no necesitarán cumplir con los exámenes de idioma ruso e historia, que generalmente son requisitos para la residencia.
La embajada de Rusia en México ha detallado los valores tradicionales que se consideran fundamentales, entre los cuales destacan la vida y la dignidad humana, el servicio a la patria, el humanismo, la justicia, y el respeto recíproco. También se enfatiza la importancia de una familia fuerte, el trabajo creativo, y la memoria histórica.
La iniciativa se enmarca dentro de una estrategia más amplia del gobierno ruso para atraer a personas que se alineen con su visión conservadora y tradicionalista, en contraste con las políticas neoliberales que critican. Esta medida busca ofrecer un refugio a aquellos que se sienten en desacuerdo con las pautas ideológicas dominantes en sus países de origen.
El anuncio refleja un intento por parte de Rusia de consolidar una comunidad de residentes que compartan una visión similar de valores y principios, y marca un esfuerzo notable por parte del gobierno ruso para promover su propio enfoque cultural y moral.