Un mural en las vallas del muro fronterizo que desemboca hasta el Pacífico en las playas de la mexicana Tijuana visibiliza a los veteranos de guerra deportados a México por Estados Unidos pese a sus años de servicio en ese país.

La obra de la ‘activista’ mexicoestadunidense Lizbeth de la Cruz Santana muestra los rostros de 16 veteranos de guerra originarios de países como México, Guatemala, Haití, República Dominicana y Jamaica que sirvieron en conflictos bélicos en nombre de Estados Unidos.

La autora contó este sábado a EFE que “el objetivo es visibilizar las historias de veteranos que han sido deportados en todo el mundo” y que surge de un proyecto general con el que buscan “humanizar las historias de los deportados, en este caso los veteranos que después de su servicio fueron expulsados”.

Compartió que, a pesar de su servicio militar, muchos de estos veteranos enfrentan “una dura realidad al ser deportados” y que algunos casos se deben a delitos menores cometidos una vez que se retiran de las fuerzas armadas, mientras que otros “se ven forzados a abandonar el país por no haber logrado obtener la ciudadanía”.

“Estos veteranos, además de ser separados de sus familias, a menudo se enfrentan a la falta de beneficios de salud y apoyo psicológico. Tras el trauma del conflicto, algunos caen en el abuso de alcohol o drogas, y su castigo adicional es la expulsión”, manifestó.

De la Cruz Santana resaltó que uno de los problemas que enfrentan los veteranos al concluir sus servicios es que no tienen programas de atención para canalizar lo vivido en las guerras, ni acceso a servicios de salud.

“Todos los temas de salud para los veteranos quedan excluidos y ello genera que no tengan el cuidado necesario, eso los lleva a caer en el consumo de alcohol o sustancias y su castigo no solamente es cumplir la sentencia de prisión, sino también ser expulsados del país, que es un castigo que nunca termina”, expresó.

Agregó que ese castigo no termina, incluso para veteranos que logran regresar a Estados Unidos, por lo que “este mural lo que hace es mostrar esas historias de los veteranos que siguen deportados en diferentes países y también se demuestra cómo ellos solo pueden regresar a Estados Unidos teniendo que morir”.

Un rostro de la renovada crisis migratoria

El mural refleja que la atención sobre la migración de la frontera de México a Estados Unidos se eleva mientras crecen las propuestas antinmigrantes por las elecciones estadounidenses.

Mientras el expresidente y candidato republicano, Donald Trump (2017-2021), advierte de deportaciones masivas y eleva su retórica contra los mexicanos, la candidata demócrata, Kamala Harris, prometió esta semana firmar una reforma negociada en febrero que permitía cerrar la frontera y expulsar a más migrantes a México.

Entre las historias retratadas en el mural destacan tres veteranos que fallecieron durante la primavera pasada, resaltó la artista y activista, quien compartió que dos de ellos vivían en Tijuana y estaban esperando el permiso para regresar a Estados Unidos, mientras que el tercero murió en Inglaterra.

Para realizar el mural, mantuvo contacto desde 2016 con las familias de estos veteranos y estableció una red de apoyo durante el duelo, así fue como se adentró en las historias de cada uno de los 16 veteranos de la obra, en la que a través de códigos QR puede ingresarse al archivo histórico de ellos.

Este mural es parte de un proyecto más amplio que tiene en colaboración con la organización Humanizando la Deportación.

“La instalación del mural en Tijuana es la tercera de una serie que busca mostrar los rostros y experiencias de los deportados. Hay uno más en Ciudad Juárez y para 2025 tenemos previsto que se inauguren dos murales adicionales en Nueva York y Los Ángeles, California”, puntualizó.