Estrellas de la música, tanto estadounidenses como británicas, así como herederos de leyendas fallecidas, están manifestando su rechazo a que Donald Trump utilice sus canciones en eventos de campaña. La controversia resurgió recientemente después de que un video en un mitin de Trump en Bozeman, Montana, mostrara una interpretación de “My Heart Will Go On” de Celine Dion. La respuesta del equipo de Dion fue rápida: «De ninguna manera está autorizado este uso», afirmaron en un comunicado, y expresaron su sorpresa por la selección de la canción.

Celine Dion se une a una larga lista de artistas que han rechazado el uso de su música por parte de Trump. Entre ellos, Bruce Springsteen, Rihanna, Phil Collins, Pharrell Williams, John Fogerty, Neil Young, Eddy Grant, Panic! at the Disco, R.E.M., y Guns N’ Roses han mostrado su descontento. Además, los herederos de Leonard Cohen, Tom Petty y Prince, así como artistas británicos como los Rolling Stones, los Beatles y Adele, también se han opuesto.

Recientemente, The Smiths también se unieron al rechazo. Johnny Marr, guitarrista de la banda, expresó su desaprobación en X (anteriormente Twitter) después de que su canción “Please, Please, Please Let Me Get What I Want” fuera utilizada en eventos de Trump.

Otros artistas, como Kid Rock y Lee Greenwood, han dado su aprobación a la campaña de Trump. Greenwood es conocido por su himno patriótico “God Bless the USA”, y en un mitin reciente también sonó “Y.M.C.A.” de Village People.

David Porter, compositor de “Hold On, I’m Coming” de Sam and Dave, se expresó en contra del uso de la canción por Trump en un mitin de la NRA, aunque Sam Moore de Sam and Dave había interpretado la canción en un evento previo a la toma de posesión de Trump en 2017. El hijo de Isaac Hayes, coescritor de la canción, ha anunciado una posible demanda por infracción de derechos de autor contra Trump.

Legalmente, los artistas tienen ciertas vías para oponerse al uso no autorizado de su música en campañas políticas. Aunque las campañas suelen obtener licencias de organizaciones de derechos de ejecución como ASCAP y BMI, que permiten el uso generalizado de canciones, los artistas pueden enviar cartas de cese y desista o incluso demandar si sus solicitudes no son atendidas.

Pharrell Williams y John Fogerty han tomado medidas similares en el pasado, enviando cartas de cese y desista cuando sus canciones fueron utilizadas en eventos de Trump sin autorización. Neil Young, por su parte, demandó en 2020 por el uso de “Rockin’ in the Free World” y Eddy Grant demandó por el uso de “Electric Avenue” en un video de la campaña que se burlaba de Joe Biden.

La oposición de los artistas subraya la tensión continua entre el uso de música popular en la política y los derechos de los creadores sobre sus obras.