Julianne Moore y Tilda Swinton, protagonistas de ‘La habitación de al lado’, se han declarado este lunes en Venecia grandes admiradoras de Pedro Almodóvar, que compite en la 81 Mostra de Venecia con su primer filme en inglés.

«Siempre le he considerado uno de los grandes y nunca imaginé que podría tener la posibilidad de trabajar con él», dijo Moore, quien recordó que la primera película suya que vio fue ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ (1988).

«Había una inmediatez en ese trabajo que nunca había visto en una pantalla antes, fue muy divertido y muy emocionante ver a Carmen Maura en ese taxi, no podía parar de reír», recuerda.

En el caso de Swinton, con quien trabajó por primera vez en el corto ‘La voz humana’ (2020), la admiración se remonta a su época de estudiante.

«Recuerdo ver su trabajo por primera vez y sentir que era como un primo mío; en esa época, yo empezaba a trabajar con Derek Jarman en Londres y sentí que el trabajo que él estaba haciendo estaba muy relacionado con lo que hacíamos nosotros».

«Pasó mucho tiempo hasta que lo conocí, pero es muy extraño porque a través de sus películas sentía que de alguna manera ya lo conocía, hubo de inmediato un gran flujo de comunicación, fue muy fácil», dijo.

‘La habitación de al lado’ está inspirada en la novela de Sigrid Nunez ‘¿Cuál es tu tormento?’ y gira en torno a la amistad entre dos mujeres, una de ellas enferma de cáncer terminal.

Para Swinton, el modo en que la película trata la amistad femenina era lo más emocionante. «La idea de poder confiar en una amistad antigua, incluso si no has visto a esa persona durante 30 años, hay algo que permanece ahí y que hace que sea capaz de leer tus pensamientos».

«Creo que todos, a cierta edad, nos damos cuenta de que estas largas amistades valen más que nada», asegura.

En el filme, Swinton da vida a una corresponsal de guerra enferma de cáncer y Moore es la amiga escritora que reaparece en su vida en esos momentos para acompañarla.

«Cuando estás junto a alguien que va a morir, no hay nada que puedas hacer excepto estar con ellos», señala Moore. «Y creo que a veces desestimamos lo que eso significa, estar al lado de alguien, dar testimonio de su vida, como un compañero, simplemente como otra persona en la habitación».

Swinton parecía la persona ideal para encarnar a un personaje que no tiene miedo a morir. «Para mí la muerte no es algo atemorizante, es una realidad absoluta, siempre lo he tenido presente y no es algo que me preocupe», sostiene.

La película se rodó en su mayor parte en Madrid, donde ambas se establecieron durante seis meses entre ensayos y rodaje.

«Nos encanta Madrid», dice Swinton. «Es un lugar muy cómodo, la gente vive de una manera muy relajada, fue una alegría». Moore coincide en su entusiasmo: «Fue un tiempo considerable y nos habituamos a vivir ahí, teníamos nuestros restaurantes a los que íbamos y yo tenía mi ‘El Corte Inglés’ donde iba a diario, me encantó».