A menos de dos meses para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, la política migratoria y la seguridad fronteriza se han convertido en temas de creciente relevancia en la contienda electoral. En un giro inesperado, la vicepresidenta Kamala Harris ha anunciado su respaldo a un plan bipartidista que incluye medidas de seguridad fronteriza y financiamiento para la construcción de un muro, similares a los propuestos por el expresidente Donald Trump.

La decisión de Harris de apoyar este plan ha sido interpretada como una estrategia para ajustar la postura del Partido Demócrata en un área que ha demostrado ser un punto débil en su plataforma. En declaraciones a CNN, la vicepresidenta explicó: «Mi opinión sobre lo que debemos hacer para proteger nuestra frontera no ha cambiado. Pasé dos mandatos como fiscal general de California persiguiendo a organizaciones criminales transnacionales que violaban las leyes estadounidenses y facilitaban el paso ilegal de armas, drogas y seres humanos».

Aunque la vicepresidenta ha adoptado una postura más firme en relación con la seguridad fronteriza, persisten diferencias significativas entre las propuestas de Harris y las del expresidente Trump. En su plan, Trump ha prometido actuar como “dictador por un día” para cerrar la frontera con México y llevar a cabo el mayor programa de deportaciones en la historia de Estados Unidos, además de completar el muro fronterizo con un presupuesto de 18 mil millones de dólares.

Por otro lado, la propuesta bipartidista apoyada por Harris incluye una cláusula controvertida que establece el cierre automático de la frontera cuando el número de indocumentados en promedio alcance las 5 mil personas diarias. Además, destina 650 millones de dólares para la construcción del muro, una cifra significativamente menor a la solicitada por Trump.

A pesar de sus diferencias, ambos planes reflejan la postura de muchos votantes estadounidenses que, si bien apoyan un endurecimiento de las políticas fronterizas, también abogan por establecer rutas hacia la legalización de los inmigrantes indocumentados que han residido en el país durante largo tiempo.

El impacto de las políticas migratorias en el electorado latino podría ser crucial en los estados clave de Arizona, Nevada y Georgia, que podrían determinar el resultado de las elecciones. La evolución de estos temas será observada de cerca en las próximas semanas, ya que los candidatos buscan consolidar su apoyo en un entorno electoral cada vez más competitivo.