París, 1 sep (EFE).- La británica Jodie Grinham no olvidará nunca este 2024, ya que después de tres abortos espontáneos está a punto de tener un bebé y, a los siete meses de embarazo, celebró en la explanada de los Inválidos, en París, una medalla de bronce en tiro con arco.
Grinham, de 31 años, no tiene dedos en la mano izquierda debido a una malformación. En París regresó a un podio paralímpico ocho años después de hacerlo en Río de Janeiro, dónde logró la plata con John Stubbs en el equipo mixto.
La británica consiguió la gesta de subir al podio en París tras ganar en la pelea por el bronce a su compatriota Paterson Pine Phoebe. Antes, derrotó a la polaca Kseniya Markitantova y la brasileña Jane Karla Sosten pero después perdió con la turca Oznur Cura, lo que la obligó a ir a semifinales, sin posibilidad de ganar el oro, pero sí el bronce que finalmente se adjudicó.
«Estoy muy orgullosa de mí misma, he tenido dificultades y no ha sido fácil, pero mientras yo esté sana y mi bebé esté sano, sabía que podía competir. Sabía que si disparaba lo mejor que podía, con mi bebé o sin él, podría volver con una medalla», dijo al término de la prueba.
Grinham y su pareja, Christopher, con el que tienen un hijo en común, Christian, nacido en 2022, habían sufrido tres abortos espontáneos y, tras quedarse embarazada este año, la oportunidad de participar en unos Juegos Paralímpicos con el visto bueno de los médicos no la quería dejar pasar.
“Mi entrenadora y yo pasamos mucho tiempo haciendo pequeños preparativos para el embarazo, en los que ella (la entrenadora) me movía y movía la tripa para que yo pudiera acostumbrarme a esa sensación», confiesa la arquera británica, que reconoce que nota el movimiento del bebé cuando compite.
“Incluso cuando estaba disparando estaba de pie con la mano completamente estirada y sentía esa sensación del bebé moviéndose. Era casi como si lo reconocieras y dijeras: ‘Sé que estás ahí. Mamá te ama. Te abrazaré en un minuto’. Eso o lo que sea que quieras decirte a ti mismo en ese momento. Luego continuaba con mi proceso», comenta.
Compitiendo al máximo nivel estando embarazada de siete meses, la británica, sin quererlo, ha mandado un mensaje al mundo.
“No me he dado cuenta de lo inspirador que fue esto y de lo mucho que la gente se interesó y se sintió afectada. No quería que la gente lo viera como ‘ahí va una mujer embarazada a unos Juegos’. Quiero que digan: ‘Vaya, una mujer embarazada puede competir al más alto nivel y ganar una medalla’. He demostrado que todo es posible. Simplemente hay que ir y hacerlo. ¿Quieres hacerlo? Pues hazlo”. EFE