Venecia (Italia), 5 sep (EFE).- Tras hacerse con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián con su opera prima, ‘Beginning’, la cineasta georgiana Dea Kulumbegashvili ha deslumbrado en la Mostra de Venecia con ‘April’, un drama sensorial e hiperbólico sobre el aborto en el mundo rural y los embarazos de menores; en una jornada en la que también se han proyectado ‘Strange eyes’, de Yeo Siew Hua, y ‘Iddu: sicilian letters’, de Matteo Messina Denaro.
La película, con muchas opciones de entrar en el palmarés, combina la denuncia social con la exploración poética en forma de imágenes exuberantes de la naturaleza y un coqueteo con la fantasía que, en la imaginación de Kulumbegashvili, es el resultado de acercarse mucho a la realidad.
«A veces es fácil dejar de ver la belleza del mundo debido a las dificultades de la vida, pero la belleza sigue ahí», señaló la directora en una rueda de prensa en el Lido.
«Creo que mi filme es hiperbólico, se acerca tanto a la realidad que es imposible mirar a otro lado y, cuando llevas la realidad al extremo, emerge algo que quizá no es real», agregó.
La trama gira en torno a Nina, una ginecóloga que practica abortos de forma clandestina, visitando a las mujeres embarazadas en sus casas en lugares remotos y difícilmente comunicados, poniendo en juego su carrera.
Kulumbegashvili creció en la misma zona de la Georgia rural donde se desarrolla la historia. Su madre era profesora y a veces daba clases en sus casas a mujeres que de otra manera no tenían acceso a la educación.
El casting de su anterior película lo realizó en esa zona del este del país y fue así como empezó a conocer historias que le inspiraron para escribir ‘April’.
Según la cineasta, el aborto en su país es legal hasta las doce semanas, pero cada clínica tiene el derecho a elegir si lo practica y a la hora de la verdad es casi imposible encontrar una donde lo hagan.
Kulumbegashvili pasó casi un año observando el trabajo de los médicos en una clínica de maternidad y las vidas en las comunidades rurales. Fruto de esa inmersión, algunas mujeres le permitieron que rodara sus partos, imágenes explícitas que aparecen en la película.
El filme cuenta con Luca Guadagnino entre sus productores. El cineasta italiano descubrió a Kulumbegashvili cuando presidió el jurado del Festival de San Sebastián que le otorgó el premio principal, la Concha de Oro, por ‘Beginning’.
«Me pareció la obra de una voz potente, completamente devota al cine de la forma en que yo amo pensar el cine, sentí una complicidad con ella a partir de ese momento», aseguró Guadagnino, que también compite por el León de Oro este año como director de ‘Queer’.
Un thriller sobre la sociedad vigilada e hiperconectada
En la jornada más heterodoxa de esta 81 edición de la Mostra de Venecia, desde Singapur intrigó la propuesta de Yeo Siew Hua, ‘Strange eyes’, un thriller que destapa las carencias de una sociedad hiperconectada y vigilada.
La película gira en torno a una investigación policial que se pone en marcha cuando una joven pareja denuncia la desaparición de su hija y descubre que un misterioso «voyeur» les ha grabado en sus momentos más íntimos.
Siew Hua, ganador del Leopardo de Oro del Festival de Locarno en 2018 con otro thriller, ‘A land imagined’, propone una reflexión sobre los puntos de vista y la necesidad de mirar en profundidad la realidad y a las personas.
«Nos pasamos el día escroleando en lugar de mirar a alguien de verdad», lamentó en Venecia. «Nadie tiene la visión completa de nada, todo son puntos de vista (…) y sólo cuando cambias de punto de vista puedes descubrir cosas y empezar a pensar diferente».
También explicó que la inspiración para la película nació de su vida diaria en Singapur, una ciudad intensamente poblada y llena de cámaras de vigilancia.
La ración de Mafia: la historia de Matteo Messina Denaro
El tercer filme de esta penúltima jornada competitiva en la Mostra de Venecia fue ‘Iddu: sicilian letters’, un filme inspirado en la historia de Matteo Messina Denaro, capo de la mafia italiana fallecido el año pasado.
La película, escrita y dirigida por Fabio Grassadonia y Antonio Piazza, se centra en un personaje llamado Catello, al que da vida Toni Servillo, un expolítico encarcelado por vínculos con la mafia que lo ha perdido todo cuando sale de prisión y los servicios secretos le ofrecen un pacto si les ayuda a capturar a Matteo (Elio Germano), el capo más buscado.
Catello aprovecha la confianza con el fugitivo y sus agujeros emocionales para establecer una correspondencia que permita dar con su paradero.
La historia se desarrolla en 2004, año en el que el verdadero Messina Denaro estaba considerado uno de los fugitivos más buscados del mundo, perseguido por decenas de asesinatos y atentados terroristas en Italia en 1992 y 1993.
El capo de la Cosa Nostra fue arrestado en enero de 2023 después de 30 años fugado y falleció ocho meses después.