Varios miles de personas se manifestaron este sábado en el centro de Londres para pedir un alto el fuego en Gaza y que países como el Reino Unido y especialmente Estados Unidos dejen de facilitar armas a Israel.
La protesta transcurrió de forma pacífica y sin incidentes destacados a pesar de que en días previos los organizadores denunciaron que la Policía Metropolitana de Londres (Met, o Scotland Yard) había impuesto restricciones de última hora que alteraban los planes previamente acordados.
Finalmente, la Met suavizó el viernes sus imposiciones de modo que la marcha pudo empezar hoy a las 13.30 hora local (12.30 GMT), una hora después de lo inicialmente previsto pero también una hora antes del tiempo preferido por los agentes.
Los manifestantes, llegados de varias partes del Reino Unido, sí tuvieron que modificar su ruta para no terminar frente a la embajada de Israel.
La Policía adujo para justificar los cambios que debía tener en cuenta las peticiones de los comercios y de comunidades religiosas como los judíos, si bien muchos miembros de este colectivo participaron también en la protesta.
La coalición de seis grupos organizadores, entre ellos la Campaña de Solidaridad con Palestina (PSC), aseguró el jueves que Scotland Yard muestra una «creciente hostilidad y represión» que «amenaza el derecho democrático de protesta».
En la decimonovena marcha organizada en Londres desde el inicio de la guerra el pasado octubre, los asistentes de todas las edades, razas y religiones enarbolaron banderas palestinas y pancartas en las que pidieron el «fin del genocidio» y «no a la islamofobia».
«Es realmente importante que la gente de este país siga manifestándose y mostrando solidaridad con los habitantes de Gaza mientras nuestro Gobierno es cómplice de los crímenes de guerra que están ocurriendo allí», declaró a EFE Ollie Miller.
Joy Marling dijo por su parte estar «absolutamente furiosa» por la pérdida de vidas en Gaza que «no debería haber ocurrido» y acusó a los Ejecutivos de Londres y Washington de ser «cómplices del genocidio».
El marroquí Abdelhamid Elkhoukhi coincidió en que es importante manifestarse «para mostrar rechazo» a lo que ocurre en territorio palestino y opinó que las protestas continuarán mientras persista la masacre: «Estamos aquí todos para decir que somos humanos», afirmó en español.
La protesta se produjo en vísperas de que el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, se reúna el 13 de septiembre en Washington con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para tratar, entre otros asuntos, el conflicto en Oriente Medio.
Si bien las políticas de ambos países estuvieron alineadas desde el atentado de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, este mes Londres se desmarcó al anunciar un embargo parcial de sus envíos de armas al Estado judío.
Como resultado, se suspendieron 30 de 350 licencias de exportación -menos de un 1 % del armamento total que Israel recibe-, ante la posibilidad de que ese equipamiento se usara en la contienda en violación de la legislación internacional.
La prensa británica publicó que había descontento en la Casa Blanca por esta decisión, que no satisfizo tampoco a quienes en el Reino Unido claman por un embargo total.
Los jefes del servicio secreto británico MI6, Richard Moore, y la CIA estadounidense, Bill Burns, explicaron este sábado en un inusual artículo conjunto en el ‘Financial Times’ que siguen explotando sus canales de inteligencia «para presionar con fuerza a favor de la moderación y la desescalada».
«Nuestros servicios trabajan incansablemente para lograr un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes en Gaza, que podría poner fin al sufrimiento y la terrible pérdida de vidas de civiles palestinos y traer a casa a los rehenes después de once meses de confinamiento infernal por parte de Hamás», escribieron.