El portavoz de la secretaría general, Stéphane Dujarric, señaló hoy en su rueda de prensa que el ataque se produjo el lunes, y es un ejemplo más de «los peligros inadmisibles y las trabas que sufre el personal humanitario en Gaza, quienes tienen que «hacer frente a amenazas diarias a su seguridad».
Explicó que el convoy estaba compuesto por doce vehículos debidamente identificados como parte de la ONU y participaban en la campaña de vacunación contra la polio, tras haber pasado las pertinentes coordinaciones de seguridad con las autoridades israelíes.
Sin embargo, fueron detenidos por razones desconocidas en el puesto de control de Al Rashid junto al Wadi Gaza, donde los soldados sacaron a dos de los trabajadores para interrogarlos, y ahí «la situación empeoró rápidamente, con los soldados apuntando con sus armas directamente a nuestro personal», dijo el portavoz.
El incidente duró en total siete horas y media, e incluyó disparos «aparentemente de advertencia, no contra los cristales» a al menos un vehículo, y otras medidas de hostigamiento como cuando dos buldózers empujaron a los coches del convoy por delante y por detrás estando su personal todavía dentro, ya que los soldados israelíes les impedían salir.
El portavoz no quiso precisar cuál fue el motivo del interrogatorio, pero sí añadió que el incidente hizo que el convoy no pudiera llevar a cabo su misión y tras casi ocho horas regresara a su base.
El incidente de ayer recuerda al del pasado 27 de agosto, cuando un vehículo del Programa Mundial de Alimentos (WFP) fue disparado al menos diez veces también en ese puesto de control, y aunque tampoco entonces hubo heridos, ocasionó una parálisis en el trabajo del WFP por falta de seguridad.
Israel -recordó hoy Dujarric- no ha ofrecido a la ONU explicaciones por aquel incidente de agosto.